El presidente reelecto de Bielorrusia pronunció un discurso durante la toma de posesión en el Palacio de la Independencia de Minsk.
Durante la ceremonia de investidura que tuvo lugar este martes en el Palacio de la Independencia de Minsk, el presidente reelecto de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, pronunció un discurso en el que abordó, entre otras cosas, el tema de la libertad de expresión y la «soberanía electoral» del país.
«Medio mundo sueña con una ‘dictadura’ como la nuestra, una ‘dictadura’ de hechos reales y de los intereses de nuestro pueblo. Y no tenemos nada malo con la libertad de expresión. Tenemos más democracia que los que se autoproclaman estandarte de la democracia», manifestó el presidente.
Según Lukashenko, todos en Bielorrusia tienen el derecho constitucional y la oportunidad de expresarse. Pero, al mismo tiempo, el jefe del Estado dijo que no permitiría que el concepto de libertad de expresión se utilice como «garrote» para destruir el país.
«Es una enorme responsabilidad prestar juramento a la Patria y al pueblo bielorruso en el año del 80.° aniversario de la Gran Victoria [en la Gran Guerra Patria]. Hoy todos juramos servir fielmente a la Patria y no permitiremos que nadie borre la huella creadora en la historia: la nuestra y la de nuestros predecesores«, aseguró.
Lukashenko señaló que los bielorrusos siguen el camino de la paz y la creación, la justicia y las amplias oportunidades para todos.
«Hemos creado un estado soberano. Tenemos algo de lo que estar orgullosos. ¿Qué sabía el mundo de la República de Bielorrusia hace unas tres décadas? Casi nada. ¿Quién se interesaba por nosotros? Probablemente nadie. ¿Y hoy? Hoy nuestro país ha sonado en todo el mundo, hoy tenemos importancia«, aseveró.
«No todo el mundo está contento con la independencia» del país, especialmente con «la postura honesta y abierta» de Minsk en la escena internacional, destacó el presidente.
«El precio de la independencia»
«Los intentos de poner nuestras vidas patas arriba, las críticas interminables a nuestro rumbo, los ataques a nuestra gente que adopta una posición pública firme, este es el precio de la independencia«, explicó.
«El modelo estatal bielorruso de desarrollo se ha convertido en un desafío al sistema de valores pseudoliberales, y el hecho de que no retrocedamos ni nos dobleguemos irrita francamente a nuestros adversarios y enemigos. Por eso nos ha caído una ‘catarata’ de sanciones», indicó Lukashenko.
«La escalada a nuestro alrededor no hace sino aumentar. Las tropas de la OTAN están a nuestras puertas y hacen todo lo posible por arrastrar a Bielorrusia al conflicto», continuó.
Las sanciones más duras y las provocaciones constantes en las fronteras occidental y meridional son «el resultado de los juegos globales de quienes creen tener derecho a dictar la voluntad de todo el mundo violando los principios y normas internacionales».
Sin embargo, Bielorrusia tiene «suficiente experiencia para resistir cualquier viento de la historia», recalcó Lukashenko. «Cuando se trata de justicia y de verdad, no importa en absoluto el tamaño de tu país en el mapa mundial. La voz de Bielorrusia siempre suena alta y segura. […] Puedo decir con toda responsabilidad que nosotros, las autoridades y el pueblo, tenemos suficiente experiencia para resistir cualquier viento de la historia«, concluyó.