Cuba condenó la decisión de Estados Unidos de imponer ‘aranceles secundarios’ —como los llamó el propio Donald Trump— contra la industria energética venezolana y aseguró que ese tipo de medidas solo dañan a los pueblos.
El posicionamiento fue hecho por el canciller cubano Bruno Rodríguez, quien expresó la solidaridad de la isla con el Gobierno de Nicolás Maduro y con la sociedad venezolana por los nuevos gravámenes anunciados previamente por Washington.
«Expresamos nuestra solidaridad y apoyo al pueblo y Gobierno venezolanos, bajo el liderazgo del presidente Nicolás Maduro, frente a las medidas del Gobierno de EEUU contra el sector energético de Venezuela», escribió el funcionario en su cuenta de X.
Anteriormente, el presidente Donald Trump había anunciado que, a partir del 2 de abril, los países que compren petróleo o gas venezolanos pagarán un arancel del 25% en sus transacciones comerciales con Estados Unidos.
Caracas, por su parte, rechazó categóricamente los nuevos gravámenes impuestos por la Casa Blanca, y calificó la decisión de Trump como «arbitraria, ilegal y desesperada», ya que, «lejos de afectar nuestra determinación, confirma el fracaso rotundo de todas las sanciones impuestas contra nuestro país».
Según el Gobierno de Maduro, el país norteamericano viola las reglas del comercio global al introducir este «arancel secundario», como lo llamó el propio Trump.
Venezuela sostiene que, con esta medida, Estados Unidos infringe el principio de Nación Más Favorecida (Artículo I del GATT 1994), que prohíbe discriminar entre socios comerciales.
«Desde hace años, la derecha fascista, repudiada por el pueblo venezolano, ha promovido sanciones económicas con la ilusión de rendir a Venezuela. Han fracasado.
Fracasaron porque Venezuela es un país soberano, porque su pueblo ha resistido con dignidad y porque el mundo ya no se somete a ningún esquema de dictadura económica», señaló el canciller venezolano Yván Gil.