Las voces que defienden esta postura se multiplican por los círculos políticos tanto en Europa como en Asia.
Los aliados de Estados Unidos en Europa y Asia están contemplando la creación de su propio escudo nuclear debido a la incertidumbre generada por el presidente estadounidense Donald Trump, según reporta The Financial Times.
«El giro del presidente estadounidense hacia Moscú y su mordaz desprecio por la OTAN han llevado a antiguos aliados —desde Berlín y Varsovia hasta Seúl y Tokio— a enfrentarse a lo que parecía impensable: cómo prepararse para una posible retirada del escudo nuclear estadounidense», escribe el diario británico.
Según el medio, analistas temen que en caso de colapso del Tratado de No Proliferación Nuclear, en parte debido a la potencial retirada de las garantías de seguridad estadounidenses —y Trump ha amenazado reiteradamente con dejar de proteger a los miembros de la OTAN que no gasten suficientemente en defensa—, el mundo pueda avanzar hacia contar con entre 15 y 25 potencias atómicas y viéndose en un mayor peligro de una guerra nuclear.
El eventual futuro canciller de Alemania, Friedrich Merz, declaró el mes pasado que es hora de estudiar «si el reparto nuclear, o al menos la seguridad nuclear del Reino Unido y Francia, podría aplicarse también» al país germano.
Por su parte, el primer ministro polaco, Donald Tusk, planteó este mes el tema de buscar la adquisición de armas atómicas o al menos un acuerdo de compartición nuclear con Francia.
En Asia, líderes de los principales partidos políticos de Corea del Sur han abogado por alcanzar la llamada latencia nuclear, condición en la que un país posee tecnologías para poder construir rápidamente armas atómicas, sin haberlo hecho aún.
En este sentido, Oh Se-hoon, el alcalde de Seúl y posible aspirante a la presidencia, pidió este mes que Washington permita al país adquirir una reserva de material nuclear para poder alcanzar el estado umbral nuclear. Mientras, el canciller, Cho Tae-yul, declaró en el Parlamento que adquirir armas atómicas «no está descartado».
Mientras, en Japón, un alto funcionario gubernamental citado por FT dijo que pese al tabú político que existe en el país por haber sido víctima de ataques nucleares, este tipo de discusiones siembre se ha mantenido en un grupo pequeño de políticos de línea dura. «El círculo de participantes podría estar ampliándose ahora», señaló.