Los dirigentes del país hebreo siguen reteniendo cuerpos por largos periodos de tiempo y, a veces, durante décadas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) continúan una amplia operación terrestre en el sur de la Franja de Gaza. Los medios locales reportan más de 100 muertos tras los ataques del Ejército israelí en el enclave solo durante esta jornada.
Mientras tanto, aumenta la indignación popular dentro del país hebreo. En Jerusalén se llevaron a cabo protestas contra el primer ministro del país, Benjamín Netanyahu, quien previamente advirtió sobre la posible ampliación del operativo en Cisjordania para suprimir a Hamás.
Durante el conflicto, las FDI ha retenido los cuerpos de palestinos, dejando a muchas familias en incertidumbre por no poder sepultar dignamente a sus familiares fallecidos. Una de esas personas es Amer Hamidat, que perdió a su hijo Khaled, de 16 años.
Los militares israelíes lo mataron cerca de la ciudad de Al-Bireh, pero la familia no pudo recuperar el cuerpo. «Retener el cuerpo es increíblemente doloroso para la familia. El sentimiento es impactante, pero permanece dentro de mí. El dolor en el corazón es algo interno, y siempre permanecerá conmigo«, declaró a RT.
Su hijo es uno de los al menos 676 palestinos cuyos cuerpos están en poder de Israel. Algunos desde hace más de 50 años. Sin embargo, como señalan los activistas que abogan por la devolución de los cadáveres, los cuerpos palestinos son una «moneda de cambio» para los dirigentes israelíes, y esa política se mantiene desde hace décadas.