El ministro de Asuntos Exteriores ruso destaca la necesidad de detener el uso de la fuerza contra los hutíes en la región del Mar Rojo.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, llamó al ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y le informó a su homólogo ruso sobre la decisión estadounidense de iniciar una operación militar contra los hutíes en la región del Mar Rojo.
En respuesta, Lavrov señaló la necesidad de detener el uso de la fuerza, informó el departamento diplomático ruso.
El 15 de marzo, por iniciativa de la parte estadounidense, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, mantuvo una conversación telefónica con el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, durante la cual la parte estadounidense informó sobre la decisión de iniciar una operación militar contra las fuerzas hutíes en la región del Mar Rojo.
En respuesta a los argumentos presentados por el representante estadounidense, Sergei Lavrov enfatizó la necesidad de detener de inmediato el uso de la fuerza y la importancia de que todas las partes entablen un diálogo político para encontrar una solución que evite un mayor derramamiento de sangre, indicó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, durante la conversación telefónica también se abordaron aspectos concretos de la implementación de los entendimientos mutuos alcanzados en la reunión de altos funcionarios de Rusia y Estados Unidos el 18 de febrero en Riad. «Sergey Lavrov y Marco Rubio acordaron mantener el contacto», subrayó el ministerio.
En la tarde del 15 de marzo, Al Masirah informó que Saná, controlada por los hutíes, había sido objeto de ataques aéreos. Más tarde, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que había dado la orden de iniciar una acción militar contra el movimiento Ansar Allah.
Según el canal de televisión Al Hadath, la sede del Consejo Político Supremo Houthi, depósitos de armas y centros de comando rebeldes fueron bombardeados en Saná. Estados Unidos también atacó objetivos rebeldes yemeníes en las provincias de Saada, Dhamar y Al-Bayda. Según el Ministerio de Salud hutí, 13 personas murieron en los ataques a Saná.