Revelan gastos del Pentágono en campos de golf

«No hace falta ser un estratega militar para comprender que los campos de golf operados por el Pentágono no son esenciales para la seguridad nacional», criticó un analista político.

El Departamento de Defensa de EE.UU. posee unos 145 campos de golf en los que invierte cientos de millones de dólares, según un artículo publicado este lunes por la revista The Intercept, que ha llevado a cabo una investigación sobre el tema.

«El Pentágono no facilitó una estimación del valor total de sus campos de golf, pero The Intercept descubrió, utilizando datos recientes sobre propiedades del Pentágono, que los costes de sustituir solo las instalaciones (edificios y otras estructuras) de cinco campos de golf —dos en Alemania y uno en Japón, Corea y Massachusetts— ascienden a más de 200 millones de dólares», reza el texto. «Si añadimos las estructuras de otros 140 campos de golf militares y el coste del terreno, el valor debe ser astronómico«, agrega.

El medio de comunicación indica que, en estos momentos, el Ejército estadounidense está intentando invertir dinero en la renovación de 35 trampas de arena del campo de golf Woodlawn de la base aérea de Ramstein, en Alemania.

Asimismo, señala que los documentos de contratación muestran que el Mando de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea también quiere comprar compost de hongos estériles para los ‘green’ del campo de golf de la base aérea de Cannon, en Nuevo México, mientras que está estudiando la posibilidad de hidrosiembra en ese mismo campo.

En paralelo, el Ejército tiene previsto suscribir un contrato de servicios para cubrir el mantenimiento del club del campo de golf de la Academia Militar de EE.UU. situada en West Point, Nueva York.

«No hace falta ser un estratega militar para comprender que los campos de golf operados por el Pentágono no son esenciales para la seguridad nacional. El Pentágono debería estar analizando toda su infraestructura y proponiendo reducciones para abordar el exceso de capacidad, que que se sitúa en torno al 19 %», criticó Gabe Murphy, analista político de Taxpayers for Common Sense, una organización no partidista de control presupuestario que aboga por poner fin al despilfarro.

En este sentido, aseguró que un nuevo proceso de realineación y cierre de bases podría ahorrar a los contribuyentes miles de millones de dólares al año al deshacerse del exceso de infraestructura. «El cierre de los campos de golf del Pentágono debería ser parte de ese proceso», aseveró.

«Si el Pentágono y las Fuerzas Armadas quieren recaudar dinero privado para complementar las actividades de apoyo a los miembros de las fuerzas armadas sería mejor emplearlo en reforzar los servicios para el personal que sufre trastorno por estrés postraumático, lesiones cerebrales traumáticas y otras consecuencias negativas de servir en zonas de guerra, servicios que actualmente están infrafinanciados», dijo, por su parte, William Hartung, investigador principal del Quincy Institute for Responsible Statecraft.

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