La postura sobre el conflicto en Ucrania y el descontento de EE.UU. con los gastos en defensa de los aliados europeos apartaron a Washington del resto de la OTAN.
Mientras se agudizan las discrepancias entre los miembros de la OTAN, se escuchan cada vez con más frecuencia las opiniones de que se acerca el fin de la Alianza Atlántica. No solo la visión del conflicto en Ucrania, sino la cuestión de los gastos divide a los aliados.
Así, crecen las preocupaciones de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, decida abandonar el bloque. «Podríamos ver el fin de la OTAN y el comienzo de lo que podría llamarse la organización del tratado europeo, ETO», pronosticó recientemente el ex comandante supremo aliado en Europa de la OTAN y almirante James Stavridis, detallando que podría tratarse de «los últimos días de la OTAN».
¿Armar o no armar a Ucrania?
Tras la llegada al poder de Trump, Occidente se dividió en dos campos: unos (Washington incluido) exigen el cese de las hostilidades en Ucrania y el inicio de las negociaciones de paz con la participación de Rusia, mientras que otros (como Alemania y Francia) siguen mostrando su apoyo al régimen de Kiev y hablan sobre la necesidad de enviar más armas a Ucrania.
«Hay una división estratégica, una grieta transatlántica entre la mayoría de Europa y EE.UU. bajo el mandato del presidente Donald Trump. Una parte insiste en prolongar la guerra en Ucrania, mientras que la otra busca el fin del conflicto. ¡Hungría sigue abogando firmemente por la paz!», declaró este martes el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.
Para lograr el fin del conflicto, Trump presiona a Kiev y suspendió toda la ayuda militar que le prestaba. Desde Europa decidieron no alinearse con la política de Washington y pretenden seguir armando a Ucrania incluso después del fin del conflicto.
Gastos insuficientes de Europa
Cabe recordar que Trump ha criticado en reiteradas ocasiones que los demás países miembros de la OTAN realizan gastos insuficientes en la defensa colectiva y amenazó con la salida de EE.UU. de la alianza. De igual modo, el jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) de EE.UU., Elon Musk, se mostró de acuerdo con la idea de que Estados Unidos abandone tanto la OTAN como la ONU.
En detalle, desde la Casa Blanca exigen que todos los miembros de la alianza (32 países) cumplan con la meta acordada, de 2 % del PIB dedicado a la defensa, antes de la próxima cumbre del bloque en junio. Mientras, Trump instó a aumentar la meta de financiación militar dentro de la OTAN hasta el 5 % del PIB.
Europa se prepara para la retirada de EE.UU.
«Debemos prepararnos para el hecho de que Donald Trump ya no respetará plenamente la promesa de ayuda del tratado de la OTAN», aseveró Friedrich Merz, el posible futuro canciller de Alemania, subrayando que los europeos deben hacer más para defender el continente por su propia cuenta.
Mientras, el ex comandante supremo aliado en Europa de la OTAN señaló en un artículo para Bloomberg que espera «que el puente transatlántico no se hunda por completo, pero lo cierto es que lo oigo crujir con fuerza». «Si se derrumba, no acabará bien para ninguno de los dos lados del Atlántico», agregó Stavridis.
En su opinión, si EE.UU. se retira de la OTAN, los restantes miembros de la alianza harían las siguientes cosas: seguirían aumentando sus gastos en defensa; apoyarían firmemente a Ucrania y separarían su política exterior y de defensa de la de EE.UU.
Al comentar la Conferencia de Seguridad de Múnich que tuvo lugar a mediados de febrero y que demostró que los países europeos deben hacer más para su defensa por su propia cuenta sin solamente esperar el apoyo de EE.UU., Politico indicó que «era difícil quitarse la sensación de que estamos presenciando el comienzo de una escisión».
Un diplomático de la UE dijo al medio que «ahora tenemos una alianza entre un presidente ruso que quiere destruir Europa y un presidente estadounidense que también quiere destruir Europa». «La alianza transatlántica se ha acabado», subrayó.