Mientras el presidente de EEUU, Donald Trump, busca restablecer los lazos con Rusia y facilitar el fin del conflicto ucraniano, presuntamente elabora un plan para aliviar las sanciones a determinadas entidades e individuos rusos, según ‘Reuters’ que cita a dos fuentes familiarizadas con el asunto.
Trump, la pesadilla de Europa
La Administración Trump ha pedido a los departamentos de Estado y del Tesoro que redacten una lista de sanciones que podrían aliviarse para que los funcionarios estadounidenses las discutan con representantes rusos como parte de las amplias conversaciones sobre la mejora de las relaciones diplomáticas y económicas entre ambas potencias, explicaron al medio.
«Primero hay que aclarar que no son sanciones, sino formas de agresión a Rusia, pero afortunadamente el pragmatismo está diciendo que hay que levantarlas», enfatiza el analista internacional Nicola Hadwa. «Evidentemente que esto va abriendo el camino a una nueva relación, a una nueva apertura, a un diálogo que permita realmente terminar con una guerra de agresión que hay contra Rusia, de la que desgraciadamente Europa tomó parte muy activa en esto», sostiene el experto.
En este contexto, y citando fuentes propias, el periódico alemán Bild informó que el enviado del presidente de EEUU para misiones especiales, Richard Grenell, había realizado viajes no oficiales a Suiza para debatir un acuerdo sobre la reanudación de Nord Stream 2.
El supuesto acuerdo contemplaría que inversores de EEUU actúen como intermediarios en el suministro de gas ruso a Alemania a través de esos gasoductos, lo que incluye establecer el precio y administrar el flujo del recurso energético.
Al respecto, el ministro de Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, dijo que el relanzamiento del Nord Stream 2 no responde a los intereses europeos de seguridad energética y agregó que mejor sería que «sus fragmentos sigan en el fondo del mar». Ahora que vaya, y se lo diga a Trump en su cara en la Casa Blanca, a ver qué resultado obtiene.
Hadwa apunta que la lógica que han tenido los líderes europeos desde el inicio del conflicto ucraniano, «ha sido la de levantar una piedra y dejarla caer sobre sus pies». «Y siguen haciendo lo mismo porque el hombre es el único ‘animal que mete las patas dos veces en el mismo hoyo’. Y aquí, los europeos saben que los más perjudicados siempre han sido ellos. (…) Alemania está sumida en una crisis económica salvaje y perdió una gran cantidad de ingresos producto de la reventa del gas ruso. Este es un tema comercial. EEUU quedaría funcionando como intermediario de abastecerle gas a todo el continente [europeo]. Obviamente, era impensable un negocio de esta magnitud», subraya el analista.