El Ejecutivo nicaragüense acusó a dos entidades de actuar de «manera politizada» y con doble rasero.
El Gobierno de Nicaragua anunció este viernes su retiro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al considerar que «no cumplen con la misión para la que fueron creadas» y, por el contrario, participan en acciones injerencistas, según se lee en una nota de prensa difundida por las autoridades.
En un comunicado firmado por el canciller, Valdrack Jaentschke, Managua acusa a la OIM de difundir «información falsa, malintencionada e irresponsable» en su más reciente informe sobre migraciones en el mundo, y de carecer «de visión y acciones para el abordaje serio de las causas estructurales de la migración, utilizando un doble rasero en el tratamiento de los Estados».
Asimismo, en otro documento dirigido a la OIT, el diplomático sostuvo que las «quejas» formuladas contra la nación centroamericana ante el organismo –que calificó como «recurrentes e indebidos procesos»–, evidencian su «desnaturalización».
Para fundamentar su apreciación, Jaentschke aseveró que el ente adscrito a las Naciones Unidas ha actuado «de manera politizada» y se ha prestado «a maniobras de desestabilización e injerencismo, al conocer temas esencialmente políticos y propios de la jurisdicción interna de los Estados».