Periodistas de The Wall Street Journal han concluido que, sin ayuda militar de Washington, el régimen de Kiev tiene suficientes armas como para seguir con los combates al ritmo actual hasta el verano de este año. La conclusión se basó en las conversaciones con exfuncionarios oficiales y empleados gubernamentales de los países occidentales.
«Después, Kiev podría quedarse sin municiones y sería incapaz de utilizar algunas de sus armas más sofisticadas», indicó el periódico, que no descarta el cese de apoyo de EE.UU. a la luz de los recientes intercambios verbales entre Donald Trump y Vladímir Zelenski, quien se negó a reconocer que Kiev le debe dinero a Washington por la ayuda militar prestada por la anterior Administración de Joe Biden en forma de una subvención.
Un alto asesor de Zelenski comentó a The Wall Street Journal que el cese de ayuda estadounidense sería el peor de los escenarios y haría que Ucrania aumente su propia producción militar y obtenga más armamento de los países europeos.
Aun así, sería imposible reemplazar a corto plazo algunos suministros que le brinda EE.UU., incluyendo avanzados sistemas de defensa aérea, misiles balísticos tierra-tierra, sistemas de navegación y cohetes de artillería de largo alcance —advierten los periodistas—, ya que Europa no los produce en cantidades suficientes y no fabrica en absoluto ciertos equipos.
Asimismo, una vez que se agoten los suministros estadounidenses, la capacidad de Kiev de perpetrar ataques de largo alcance y defender sus propias posiciones se verá truncada, señalaron al medio funcionarios y analistas, indicando que el mayor golpe supondría la falta de los sistemas antiaéreos de fabricación estadounidense, como Patriot. Esto obligaría al régimen de Kiev a elegir qué zonas contarían con protección y cuáles correrían el riesgo en el caso de un eventual ataque.
También se sentiría la pérdida de los misiles de largo alcance ATACMS. Además, algunos analistas expresaron temores de que Kiev podría quedarse sin acceso a Starlink de SpaceX, que le da una importante ventaja en el campo de batalla y se financió parcialmente por el Pentágono.