El sospechoso, de origen argelino y con orden de deportación, atacó a los agentes de la policía municipal en la ciudad francesa de Mulhouse.
Una persona murió y cinco policías resultaron heridos (dos de ellos de gravedad) durante un ataque ejecutado este sábado en la ciudad de Mulhouse, en el este de Francia.
Según las autoridades policiales, el sospechoso del atentado fue detenido cerca de las 16:00 (hora local), e incluido en el Fichero de alerta para la prevención de la radicalización terrorista.
El hombre,de 37 años y de origen argelino, atacó primero a los agentes de la policía municipal, y gritó varias veces «Allahu Akbar».
Como detalló el fiscal Nicolas Aitz, el civil muerto era un ciudadano portugués de 69 años, apuñalado cuando pasaba por el lugar, quien intentó intervenir para detener el ataque a los policías.
Uno de los gendarmes sufrió una herida en la arteria carótida, y el otro recibió un disparo en el tórax.
El sospechoso ya estaba bajo vigilancia judicial y arresto domiciliario, y a pesar de una orden de deportación, permaneció en Francia hasta el atentado.
Al comentar el incidente, el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó la solidaridad de toda la nación con la víctima y su familia, y subrayó la necesidad de eliminar el terrorismo en suelo francés.
Por su parte, el primer ministro francés, François Bayrou, calificó el incidente como un golpe de fanatismo, por el cual el país está «de luto».
El ministro del Interior, Bruno Rotao, destacó que el Gobierno combatirá el terrorismo con todos los medios disponibles.
De acuerdo con la alcaldesa de Mulhouse, la investigación sigue en curso, y la justicia confirmará si se trató de un atentado terrorista.
La ciudad de Mulhouse vivió una atmósfera tensa tras el atentado. Unidades del ejército fueron enviadas para apoyar a la policía en la seguridad de la zona y equipos forenses comenzaron a recoger pruebas, mientras la lluvia amenazaba con quitar manchas de sangre que podrían contribuir a las investigaciones.
En un comunicado, el ministro del Interior francés destacó la creciente tensión con Argelia en el asunto de la inmigración, y criticó la falta de cooperación entre ambos gobiernos en ese ámbito.