La refinería pertenece a un consorcio cuyo mayor inversor es la empresa estadounidense Chevron.
El ataque del régimen de Kiev a la estación de bombeo de petróleo de Kropotkinskaya es comparable a las acciones de un «animal rabioso que muerde a su dueño», declaró este martes el vicepresidente del Consejo de Seguridad y expresidente de Rusia, Dmitri Medvédev.
El alto funcionario reaccionó así a la noticia de que drones ucranianos atacaron este lunes una estación del Consorcio del Oleoducto del Caspio.
A pesar de que la estación se encuentra en Rusia, el crudo que circula por ella es kazajo y está producido en su mayor parte por empresas estadounidenses y europeas. Después de pasar por esta instalación, el petróleo es enviado a través del mar Negro especialmente a los mercados europeos, como principal destino de sus exportaciones. Además, la empresa estadounidense Chevron es el principal inversor en el Consorcio del Caspio y financió cerca del 30 % de los costes de construcción del oleoducto.
«El régimen neonazi de Kiev, por supuesto, lo sabía. Y a pesar de su suprema dependencia de Washington, golpeó deliberadamente los activos de empresas estadounidenses, que ya han sufrido pérdidas sustanciales a consecuencia del ataque», escribió en su canal de Telegram.
Tras recordar que el presidente de EE.UU., Donald Trump, había manifestado su intención de reducir los precios del crudo, Medvédev subrayó que el ataque ucraniano «podría detener el bombeo de petróleo, desequilibrar el mercado e incrementar las subidas de precio«.
En este contexto, añadió que las acciones de Kiev constituyen un triple golpe «a las empresas estadounidenses, al mercado del petróleo y a Trump personalmente». Para explicar lo sucedido, realizó una analogía con un «animal humillado» que está sumido en una terrible desesperación, y ahora su dueño tendrá que comprobar «si el animal padece rabia». La forma más fiable, en su opinión, es «dormir al animal enfermo para el examen ‘post mortem’ del tejido cerebral».