Tras casi tres años de conflicto en Ucrania, se asoman los primeros atisbos de paz. La llamada telefónica entre el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y de EEUU, Donald Trump, validan la versión de que Kiev siempre fue, en realidad un actor cuyo libreto fue escrito desde Washington. Zelenski y Europa serían los grandes perdedores.
La crisis ucraniana —iniciada en febrero de 2022— fue el tema principal del diálogo inicial que este día tuvieron ambos mandatarios, quienes fueron muy claros en su visión de establecer la paz en Europa del Este.
«El presidente Putin quiere la paz y yo quiero la paz», dijo Trump a periodistas desde la Casa Blanca, en momentos en que las fuerzas ucranianas están prácticamente contra las cuerdas en el campo de batalla frente a las tropas rusas, según ha dicho el Kremlin y según han reconocido los propios aliados occidentales de Ucrania.
La postura de Moscú no fue distinta, aunque sí exigió que el conflicto no acabara solo de forma superficial, sino que se atendieran los motivos sustanciales que llevaron a ella, como la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) hacia el este de Europa o la nuclearización y radicalización de Ucrania, como ha acusado Rusia durante años.
«El presidente Putin mencionó la necesidad de eliminar las causas profundas del conflicto y coincidió con Trump en que se puede alcanzar un acuerdo a largo plazo mediante negociaciones pacíficas», detalló el portavoz del Kremlin, Dmitri Péskov.
Según Trump, la primera reunión presencial entre ambos líderes sucedería en Arabia Saudita tras varios encuentros vía telefónica y varias reuniones entre enviados especiales de ambas naciones.
«Ucrania es un agente de los intereses de EEUU»
Aunque Ucrania fue el lugar de desarrollo de los combates, el conflicto ruso-ucraniano es en realidad una «guerra proxy» de Washington contra Moscú, señala en entrevista con Sputnik Luis René Fernández Tabío, experto cubano en economía global y relaciones internacionales.
Según el analista, la charla telefónica entre Putin y Trump apunta no solo a un posible fin de la crisis, sino a una aceptación de que Kiev y sus aliados en EEUU y la Unión Europea (UE) han fracaso en el conflicto.
«El escenario ha sido Ucrania, pero la negociación y la solución de ese conflicto pasa por los actores protagónicos necesariamente [Washington y Moscú], no por el régimen de Kiev, que no tiene verdadera autoridad y simplemente es un agente de los intereses estadounidenses”, asegura Fernández Tabío.
Zelenski, además, ya ha dicho que está dispuesto a seguir la línea de Trump, lo cual indica que el líder ucraniano sólo actúa conforme “lo que le imponen las circunstancias y las fuerzas occidentales que lo llevaron a ese atolladero”.
«Al reconocer que va perdiendo [el conflicto] y el cambio de perspectiva expresada por el presidente Trump, no le queda otra que negociar reconociendo la sombra de los resultados en la mesa de negociaciones», añade.
«Zelenski ha quedado muy debilitado»
La conversación telefónica entre el presidente ruso y su homólogo estadounidense también indica de manera fehaciente que los roles protagónicos para la solución del conflicto en Ucrania pertenecen a Moscú y a Washington, y no al líder ucraniano Volodímir Zelenski, quien «tiene los días contados en el poder», observa Sebastián Schulz, sociólogo y analista internacional argentino, en entrevista con Sputnik.
«Trump va a cumplir con su promesa de terminar [con la crisis ucraniana], apuntando a una resolución del conflicto en la cual Rusia aparece como victoriosa, habiendo impedido el ingreso de Ucrania a la OTAN. Quizás Kiev ingrese a la Unión Europea, que se haría cargo de su reconstrucción», señala el experto, para quien Zelenski «ha quedado muy debilitado»
Bruselas, agrega Schulz, también ha quedado en un estado de fragilidad para tomar una posición proactiva que le permita tener protagonismo en la resolución de la crisis ucraniana.
«Hasta ahora, Europa se ha limitado a seguir los lineamientos de Estados Unidos, incluso a costa de la economía de sus miembros», apunta
¿En cuánto tiempo terminaría la crisis?
El acercamiento entre Putin y Trump es un primer paso para poner fin al conflicto entre Kiev y Moscú, pero la realidad es que una resolución real que satisfaga a ambas partes podría tardar más tiempo, señala a Sputnik la internacionalista mexicana Ismene Ithaí Bras-Ruiz.
Según la analista, la conclusión de la crisis no se dará inmediatamente tal y como lo prometió Donald Trump, quien se jactaba de terminarlo en 24 horas. De hecho, el mismo Kremlin ha advertido que esa idea es una «simplificación excesiva» para un problema demasiado complejo.
«Una resolución como tal no creo que se alcance a corto plazo, sobre todo por los temas económicos que hay que ponderar, como los intereses de mercado que tiene Estados Unidos sobre Ucrania», comenta la experta, quien señaló que Washington, con Trump al mando, no necesariamente representa los intereses de sus aliados europeos.
El 10 de febrero, Trump dijo que toda la ayuda multimillonaria que su país ha entregado a Kiev necesita una garantía de devolución, por lo cual sugirió que Ucrania le garantice recursos de tierras raras por valor de 500.000 millones de dólares. Incluso su Gobierno ha enviado a Kiev al nuevo secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, para que le diera una propuesta económica a Zelenski.
Bras-Ruiz también observa que el margen de maniobra de Volodímir Zelenski es «diferente y reducido, porque antes estaba acompañado por Biden, pero ahora está Trump», quien desde su campaña electoral se mostró reacio a que la Casa Blanca siguiera apoyando a Ucrania.
Según el mandatario, Washington ha invertido en Kiev «más de 300.000 millones de dólares, probablemente 350.000 millones, y Europa probablemente 100.000 millones».
Desde el pasado 4 de febrero, Donald Trump consideró la posibilidad de seguir apoyando a Ucrania militarmente, sólo si ese país le ofrece la certeza de que Washington pueda obtener como garantía sus tierras raras, nombre con el que se conoce un selecto grupo de elementos químicos que son ampliamente codiciados y utilizados en diferentes sectores tecnológicos y de defensa.