MOSCÚ — El viceministro de Exteriores ruso Mijaíl Galuzin acusó a Estados Unidos y a la Unión Europea de provocar la desestabilización en la región del Cáucaso Sur.
«Occidente no ceja en su empeño desestabilizador en el Cáucaso Sur, de lo cual Georgia es un ejemplo elocuente. EEUU y la UE decidieron dar escarmiento a un país que osó seguir sus propias reglas en lugar de las impuestas», denunció Galuzin en una entrevista con Sputnik.
Según el vicecanciller ruso, los países occidentales se entrometen sin ambages en los asuntos internos de Georgia, procuran trastocar el voto soberano del pueblo y el gobierno georgianos a favor de la paz y la prosperidad y «conminan a Tiflis a una disyuntiva falsa entre Occidente y Moscú».
«A Georgia la estaban empujando a la aventura de crear un segundo frente contra Rusia en Abjasia y Osetia del Sur. Querían que el pueblo georgiano derramara sangre por intereses ajenos. Todo ello, cuando EEUU y la UE enuncian hipócritamente postulados de paz en las discusiones internacionales sobre seguridad y estabilidad en Cáucaso Sur», declaró Galuzin.
Comentando el caso de otra nación del Cáucaso Sur, Armenia, el viceministro de Exteriores ruso afirmó que «Occidente busca afianzarse sobre el terreno a través de la misión de observación de la UE que, de hecho, es una misión de reconocimiento».
«Sueñan con suplantar a Rusia para esta república», opinó.
En esta relación, Galuzin apuntó que Occidente alienta a Ereván a romper con las alianzas en las que participa Moscú, como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) o la Unión Económica Euroasiática (UEE).
«Y eso que la OTSC es piedra angular de la seguridad de Armenia y la UEE, una premisa de su prosperidad económica», enfatizó.
Más adelante, el vicecanciller dijo que «Occidente intenta apartar a Rusia del proceso de normalización entre Armenia y Azerbaiyán».
«Justa o injustamente, obliga a las partes a cerrar de forma apresurada un acuerdo de paz», reprochó.
El alto diplomático ruso señaló en este contexto que «los autoproclamados mediadores aplican un enfoque unilateral y superfluo que hoy, sin terminar de normalizarse las relaciones entre Armenia y sus vecinos, implica para la región el riesgo de escenarios militares que son inaceptables para Rusia».