Se deberá investigar y expulsar a estudiantes y trabajadores universitarios extranjeros si se detecta que han participado en acciones hostiles contra los judíos.
Una nueva orden ejecutiva del presidente de EE.UU., Donald Trump, habilitó este miércoles a las autoridades federales para reprimir y castigar todo discurso de odio hacia Israel y los judíos, tanto en suelo estadounidense como en el exterior.
Según el documento, los ataques del 7 de octubre de 2023 contra Israel desataron una ola sin precedentes de «vil discriminación antisemita, vandalismo y violencia» contra ciudadanos estadounidenses, especialmente en las escuelas y los campus universitarios. Los casos de intimidación, acoso, amenazas y ataques físicos que habrían sufrido los estudiantes judíos no recibieron, supuestamente, la debida respuesta del Gobierno anterior, critica Trump.
Se dio un plazo de 60 días a las agencias y los departamentos gubernamentales para que proporcionen a la Casa Blanca recomendaciones sobre el problema. Entretanto, los secretarios de Estado, de Educación y de Seguridad Nacional, en consulta entre sí, deberán instruir a las instituciones educativas para que monitoreen las actividades de los estudiantes y del personal extranjero relevantes al tema, informen a las autoridades y hagan que esos informes conduzcan a «investigaciones y, si corresponde [de acuerdo con la ley], a acciones para expulsar a dichos extranjeros«.
Varios medios estadounidenses anticiparon la publicación de este decreto, advirtiendo que están en la mira los activistas residenciados en EE.UU. que hayan violado alguna ley y sean acusados de ‘antisemitismo’, por lo que podrán ser deportados aunque tengan visas válidas. Ante todo, se trataría de participantes en las recientes concentraciones de protesta por la muerte de civiles en los bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza. Se pidió investigar, incluso, los grafitis favorables al movimiento palestino Hamás.
Promesa en cumplimiento
Una de las promesas de Trump como candidato presidencial, respaldada por la Convención Nacional Republicana en julio pasado, fue «deportar a los radicales pro-Hamás» y volver a hacer los campus universitarios «seguros y patrióticos».
Al ser preguntada en la rueda de prensa de este miércoles sobre la extradición de estudiantes con visa legal, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, solo confirmó que el presidente «está dispuesto a deportar a las personas que han violado las leyes de inmigración» del país. Añadió que «detener, arrestar y deportar a los criminales ilegales que han invadido las fronteras de nuestra nación durante los últimos cuatro años» es trabajo de los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas.