Los combates entre el Ejército congoleño y los rebeldes del M23 se han reanudado después de que se suspendiera la cumbre sobre el proceso de paz prevista para mediados de diciembre del año pasado.
En las últimas semanas se ha intensificado el conflicto armado entre las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) y los rebeldes del Movimiento 23 de marzo (M23). El Gobierno congolés ha pedido a la comunidad internacional intervenir en el conflicto, mientras acusa a Ruanda de respaldar al grupo armado.
Los insurgentes del M23 tomaron la ciudad de Goma, estratégica capital de la provincia congoleña nororiental de Kivu del Norte, según anunció este lunes la coalición político-militar Alianza Río Congo (AFC-M23, en francés).
De acuerdo al comunicado de la organización, esta jornada llegó a su fin el plazo de 48 horas concedido a las FARDC y sus aliados de la milicia Wazalendo para rendirse. Anteriormente, el general Sylvain Ekenge, portavoz del Ejército congolés, reaccionando a las condiciones impuestas por el M23, respondió: «Ruanda está decidida a tomar Goma, pero no les dejaremos entrar, esto es una certeza«.
La AFC-M23 exigió a las FARDC entregar «inmediatamente» sus armas y equipos militares a la Misión de la ONU en la RDC (MONUSCO, por sus siglas en inglés) para «su custodia». Asimismo, el grupo instó a la población de Goma a mantener la calma y aseguró que «la liberación de la ciudad se ha llevado a cabo con éxito y la situación está bajo control».
Tras la intensificación de los combates entre el Ejército congoleño y el grupo armado, el sábado pasado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de la RDC anunció la retirada de los diplomáticos de su Embajada en la capital ruandesa, Kigali, «con efecto inmediato» y ordenó el cese de «todas sus actividades diplomáticas y consulares» en el plazo de 48 horas.
A su vez, el ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, dijo a AP que la decisión de cortar los lazos fue una acción unilateral de la RDC. «Por nuestra parte, tomamos las medidas adecuadas para evacuar a nuestro personal diplomático restante en Kinshasa [capital congolesa], que estaba bajo amenaza permanente por parte de los funcionarios congoleños», declaró.
¿Qué tiene que ver Uruguay?
Entretanto, el Ejército uruguayo, que se encuentra en Goma sirviendo en la misión de la paz de la ONU, informó que el domingo por la noche varios soldados congoleños depusieron las armas «tras los enfrentamientos vespertinos entre fuerzas atacantes y las FARDC». «Más de un centenar de militares de las FARDC se encuentran a resguardo en las instalaciones de la base ‘Siempre Presente’ aguardando el proceso de DDR (Desarme, Desmovilización y Reintegración)», detallaron desde el organismo.
En las últimas 48 horas, dos cascos azules de Naciones Unidas sudafricanos y uno uruguayo han muerto y otros 11 resultaron heridos y fueron hospitalizados, reporta AP. A su vez, el secretario de la ONU, António Guterres, condenó la ofensiva del M23, efectuada «con el apoyo de las Fuerzas de Defensa de Ruanda», y pidió al grupo rebelde que detenga inmediatamente toda acción hostil y se retire de la región.
Condena internacional
En lo que va de enero, los combates en el noreste de la RDC se han intensificado; sin embargo, las alarmas comenzaron a sonar el pasado martes, cuando el M23 tomó la ciudad de Minova, una ruta de suministro clave para Goma, provococando un gran desplazamiento de la población congolesa. Luego, los rebeldes avanzaron hacia la ciudad de Sake, a unos 20 km de Goma, donde se registraron intensos enfrentamientos contra las FARDC y sus milicias aliadas, con los que consiguieron afianzar sus posiciones.
La nueva ola de violencia ha causado la muerte de al menos 13 miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz durante la última semana.
Si bien Ruanda niega que apoye a los rebeldes del M23, la RDC, EE.UU. y Naciones Unidas la acusan de hacerlo. En este contexto, expertos de la ONU calculan que «entre 3.000 y 4.000 soldados ruandeses» luchan junto a los rebeldes del M23 contra el Ejército congoleño en el este de la RDC.
Ante la crisis, el domingo se celebró una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, durante la cual la representante especial para el Congo, Bintou Keita, declaró que con el aeropuerto cerrado y las carreteras bloqueadas, los trabajadores de la ONU están «atrapados«.
«Hoy, a pesar del apoyo constante de la MONUSCO al Ejército congoleño, el M23 y las fuerzas ruandesas han penetrado en la zona de Munigi, en las afueras de la ciudad de Goma, provocando el pánico generalizado y la huida de la población», afirmó, pidiendo al Consejo de Seguridad que actúe ahora para «proteger a los civiles, a los trabajadores humanitarios y a todo el personal de las Naciones Unidas».
Por su parte, la canciller de la RDC, Therese Kayikwamba Wagner, denunció el ingreso de más tropas ruandesas a territorio congolés, una acción que definió como una «declaración de guerra«.
Las hostilidades se han recrudecido después de que se suspendiera la cumbre sobre el proceso de paz prevista para el pasado 15 de diciembre en Angola y en la que debían participar los presidentes congoleño y ruandés, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente.
- Desde la década de 1990, el este de la RDC está sumido en un conflicto entre milicias rebeldes y el Ejército del país.
- El M23, que afirma representar a la población tutsi congolesa y defenderla de la discriminación, se creó en 2012 tras el fracaso de la integración de los tutsis étnicos que se separaron del Ejército congoleño.
- En los territorios bajo su control, el M23 implanta su propio sistema fiscal, dirige un gobierno local y controla los recursos naturales. En la actualidad, el grupo armado está formado principalmente por antiguos soldados del Ejército congoleño que se unieron tras acusar al Gobierno de discriminar a la minoría étnica tutsi.
- La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques contra las FARDC en Kivu del Norte, una importante provincia minera. En marzo de 2022, el movimiento inició una ofensiva aérea y de artillería a gran escala, que le permitió apoderarse de amplias zonas de la región.