El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha sido reelegido este domingo para un séptimo mandato al frente de la antigua república soviética con el 87,60% de los votos, según los primeros sondeos oficiales a pie de urna.
De esta forma, Lukashenko seguirá en el poder hasta 2030. Tras él, la opción ‘Voto contra todos’ habría sido la segunda opción más respaldada por los bielorrusos en las urnas, con un 5,1% de los sufragios según ha informado el Comité de Organizaciones Juveniles en la televisión pública. La oposición en el exilio, que no reconoce a Lukashenko como legítimo presidente, había pedido a sus partidarios marcar esta casilla en las papeletas electorales al considerarlo la única forma de protesta pacífica posible.
El tercero en discordia ha sido el comunista Serguéi Sirankov, quien apoyó abiertamente la reelección del líder bielorruso y habría sumado el 2,7% de las papeletas. Tras él se sitúa Oleg Gaidukévich, con un 1,8%; la abogada Anna Kanopátskaya, con un 1,6%, y el republicano Alexandr Jizhniak, con el 1,2%. Según los últimos datos de la Comisión Electoral Central (CEC), a menos de dos horas del cierre de las urnas había votado más del 81% de los casi siete millones de bielorrusos con derecho al sufragio.
A la espera de que se confirmen estos resultados de forma oficial, Occidente ya ha rechazado la legitimidad de estos comicios, así como la propia oposición bielorrusa. Esta asegura que la gran participación de sufragios que se produjeron de manera anticipada (un 41,81% de todos los ciudadanos llamados a las urnas) suponen una de las herramientas del régimen oficialista para mantenerse en el poder.
Además, las autoridades bielorrusas no han habilitado colegios electorales en el extranjero, lo que ha impedido participar en las presidenciales a cientos de miles de bielorrusos exiliados tras la represión policial que se vivió en 2020 tras las últimas elecciones.