Durante la presentación del Informe Periódico 37 ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Secretaría General reiteró un llamado urgente a los grupos armados que operan en la región del Catatumbo (norte de Colombia) a detener de inmediato las acciones violentas que afectan a la población civil.
«Desde la Secretaría General de la OEA se considera impostergable que los grupos armados pongan fin inmediatamente a la violencia contra las comunidades y demuestren su compromiso con la paz mediante acciones concretas», enfatizó Roberto Menéndez, jefe de la MAPP/OEA, quien además destacó la gravedad de la crisis humanitaria en el Catatumbo.
El documento expone la creciente violencia en esta región de Norte de Santander, donde desde el 16 de enero se han registrado homicidios, secuestros, desplazamientos forzados y confinamientos, entre otras acciones que impactan de manera directa a poblaciones vulnerables como menores de edad, indígenas Barí y Yukpa, líderes sociales y firmantes de paz.
Asimismo, señala el uso de artefactos explosivos, reclutamiento forzado y restricciones impuestas por los grupos ilegales, que limitan derechos fundamentales.
El informe también resalta cómo la violencia armada afecta la gobernanza ambiental y la biodiversidad en territorios estratégicos, dificultando esfuerzos como los realizados en la COP 16 en pro de la conservación. Además, subraya la necesidad de fortalecer los marcos legales para que las soluciones políticas sean sostenibles en el tiempo.
Desde mediados de enero, miembros del ELN ingresaron al Catatumbo para enfrentarse con disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por el control territorial de la región. En respuesta a la crisis, el presidente Gustavo Petro suspendió las conversaciones de paz con el ELN, acusando al grupo de cometer crímenes de guerra.