La coherencia de Rusia, el teatro de EEUU y los delirios de Zelenski: nada nuevo

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que Rusia no ve «nuevos elementos» en las amenazas de sanciones contra el país que lanzó el presidente de EEUU, Donald Trump. Mientras, la más reciente idea psicodélica de Volodímir Zelenski es que Washington envíe soldados estadounidenses al frente de batalla en Ucrania.

Compostura de Rusia vs. alucinaciones de Occidente y de Zelenski
En una nueva demostración de estar siempre centrado, en el eje, al referirse a la amenaza que lanzó Trump de imponer sanciones si Rusia no negocia con Ucrania, Peskov detalló que durante su primer mandato, Trump fue “el presidente de EEUU que más recurrió a los métodos de sanciones”. “Le gustan estos métodos, al menos le gustaban durante su primera presidencia”, atinó el funcionario ruso.

«Estamos observando muy de cerca, por supuesto, toda la retórica, todas las declaraciones. Estamos registrando cuidadosamente todos los matices. Seguimos dispuestos al diálogo, como ha dicho en repetidas ocasiones el presidente [Vladímir] Putin, al diálogo en pie de igualdad, al diálogo mutuamente respetuoso”, afirmó Peskov.

“Trump habla mucho, promete mucho, quiere mostrarse pragmático, pero además es muy ignorante en muchos temas. Entonces, para él todo puede resolverse en una negociación de cinco minutos con un par de firmas. Vimos cómo el primer y el segundo día [de su mandato] se mostró firmando decretos como si la política fuera sólo eso”, explica el Dr. en Geopolítica Rolando Dromundo.

Tampoco pasó desapercibido en el post de Trump en Truth Social en el que amenazó con nuevas sanciones, su intento de reescribir la historia, al expresar: “Nunca debemos olvidar que Rusia nos ayudó a ganar la Segunda Guerra Mundial, perdiendo casi 60 millones de vidas en el proceso”.

En su publicación, Trump no sólo atribuyó a EEUU el principal rol en la lucha contra el nazismo, ‘olvidando’ quién realmente derrotó el nazismo y plantó la bandera de la Unión Soviética en el Reichstag, en Berlín, sino que además soltó datos erróneos sobre las pérdidas humanas de la URSS.

Al respecto, Dromundo es tajante: “A ver, sabemos que Trump es una persona muy ignorante y eso es parte de lo que lo hace atractivo con un sector de sus electores que se sienten identificados: no lee, no conoce de historia, no sabe muchas cosas. Entonces, justamente él se basa en las cifras que le salpican por ahí sus aledaños y que justamente no las retiene bien. De ahí, a pedirle que entienda complejos procesos políticos y geopolíticos, no es tan fácil. El cree que puede resolver la política internacional como si fuera a manejar una empresa, que, cuidado, sus empresas también se han ido a la quiebra”.

Mientras, Volodímir Zelenski, inmerso en una nube psicodélica, y dando por sentado que habrá una ‘fuerza internacional de paz’ en Ucrania afirmó que cualquier fuerza de este tipo que se despliegue en su país deberá incluir tropas estadounidenses: «No puede ser sin EEUU. Aunque algunos amigos europeos piensen que puede ser, no, no puede ser. Nadie se arriesgará sin EEUU”.

No conforme con esto, como de costumbre, Zelenski fue más allá: advirtió que dichas fuerzas de mantenimiento de paz deberían ser desplegadas directamente en el frente de batalla, junto con los soldados ucranianos, y no en las principales ciudades. “No necesitamos tales contingentes. Está muy bien que tengamos tropas, pero tenemos que entender que no estarán en el centro de la capital. No tendrán tiempo para relajarse», espetó el mendigo de Kiev.

En este sentido, Dromundo enfatiza que Zelenski “está desesperado”. “Hay que entender que, si en este momento hay un acuerdo político para concluir las acciones militares, un acuerdo político –que tiene que ser entre EEUU y Rusia, porque al final de cuentas es así– muy probablemente vaya a ser el final político de Zelenski”, señala el experto.

“Justamente después de que [Zelenski] ha estado prometiendo una serie de cosas, si se ve obligado a un acuerdo de paz contrario a todas las promesas que ha hecho, eso va a ser una derrota. Entonces, ahí están desesperados”, concluye Dromundo.

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