Estados Unidos ya tiene presencia militar en Groenlandia

En 1951, Washington y Copenhague firmaron el Tratado de Defensa de Groenlandia, que estableció el derecho de EE.UU. a construir bases militares y a desplazar fuerzas por la isla ártica.

A pesar de que Donald Trump reclama que Groenlandia debería formar parte de Estados Unidos, calificándolo de «una necesidad absoluta», Washington ya cuenta con una amplia presencia militar en la isla ártica, que pertenece a Dinamarca pero disfruta de una amplia autonomía.

En 1951, Washington y Copenhague, ambos miembros de la OTAN, firmaron el Tratado de Defensa de Groenlandia, que estableció el derecho de EE.UU. a construir bases militares y a desplazar fuerzas libremente por su territorio, siempre que las autoridades danesas y groenlandesas se lo notifiquen. El documento se actualizó en 2004, cuando Groenlandia, que fue colonia danesa hasta 1953, se adhirió al acuerdo, convirtiéndose en su tercera parte independiente.

«Dinamarca ha sido muy consciente de que no puede defender Groenlandia contra nadie por sí sola», indicó a Politico Kristian Soby Kristensen, investigador principal del Centro de Estudios Militares de la Universidad de Copenhague. «Si Trump intentara apoderarse del territorio por la fuerza, la pregunta es: ‘¿contra quién lucharían [los estadounidenses]?, ¿contra sus propios militares?’ Ya están allí», añadió.

¿Qué tiene EE.UU. en Groenlandia?

El Pentágono considera a Groenlandia como una puerta de entrada al Ártico desde la década de 1940, cuando los militares estadounidenses entraron inicialmente en la isla en respuesta a la ocupación de Dinamarca por la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Fría, el Ejército de EE.UU. llegó a tener más de 10.000 soldados en esa área.

Con el tiempo, Washington redujo considerablemente su presencia militar en la isla y algunas instalaciones estadounidenses fueron transferidas a Dinamarca. Sin embargo, la base aérea de Thule sigue existiendo en el noroeste de Groenlandia. En 2023, pasó a llamarse base espacial Pituffik.

En la actualidad, unos 200 efectivos en servicio activo de la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial de EE.UU. permanecen en la base. Su tarea consiste en vigilar los satélites en órbita para detectar naves espaciales y misiles balísticos, así como otras señales de ataque, detalla Politico.

La instalación tiene una importancia estratégica para la nación norteamericana debido a su ubicación: la ruta más corta de Europa a Norteamérica pasa por Groenlandia y, al mismo tiempo, Pituffik está ligeramente más cerca de Moscú que de Washington. Según indica un cartel ubicado en la base, la distancia con la capital rusa es de 2.335 millas (unos 3.757 km), mientras que la capital estadounidense se halla a 2.344 millas (unos 3.772 km).

En este contexto, Ulrik Pram Gad, investigador principal del Instituto Danés de Estudios Internacionales, afirmó que si Trump cumpliera durante su mandato su amenaza de anexionarse la isla por medios militares, sería «la guerra más corta del mundo«. «No hay capacidad defensiva en Groenlandia. Los estadounidenses estaban al mando», señaló.

Presencia militar danesa

A su vez, los militares daneses prestan servicio en Groenlandia como parte del Mando Ártico. Su cuartel general está en Nuuk, la capital de la autonomía, mientras que disponen de personal estacionado en todo el perímetro de la isla, desde la estación Nord, en el norte, hasta el centro logístico de Gronnedal, en el suroeste. Un destacamento de enlace de las Fuerzas Armadas de Dinamarca también está presente en la base espacial Pituffik. Asimismo, una patrulla militar danesa, Sirius, que utiliza trineos tirados por perros, vigila el Parque Nacional de Groenlandia, el mayor del mundo.

El año pasado, el ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, anunció planes para ampliar el contingente militar del país en el aeródromo groenlandés de Kangerlussuaq. Ahora, tras las palabras de Trump, Copenhague decidió aumentar su gasto de defensa en la isla y tiene previsto destinar una cantidad cercana a 1.500 millones de dólares a un nuevo paquete de ayuda que incluye dos patrulleras de clase Thetis, dos drones de largo alcance, dos equipos de perros de trineo y más personal militar danés en Groenlandia.

  • Trump ha revivido recientemente los llamamientos hechos durante su primera mandato para que Groenlandia forme parte del país norteamericano. El presidente electo afirmó esta semana que Dinamarca debería renunciar a la isla en favor de EE.UU. para garantizar la protección del «mundo libre». Asimismo, no descartó el uso de la fuerza militar para apoderarse del territorio.
  • La idea fue rechazada por el primer ministro de Groenlandia, Mute Egede. «Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos. No debemos perder nuestra larga lucha por la libertad», indicó. Asimismo, expresó su deseo de independizarse de Dinamarca, marcando un cambio significativo en la retórica que rodea al futuro de la isla.

 

 

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