Un jefe de la Yakuza japonesa confiesa haber traficado material nuclear

Un jefe de la mafia japonesa se declaró culpable este 8 de enero en Estados Unidos de conspirar con una red criminal para traficar ilegalmente con material nuclear. Además, fue acusado de contrabandear estupefacientes y armas.

Según informa el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el japonés Takeshi Ebisawa, de 60 años, se declaró culpable en Manhattan de conspirar con una red de asociados para traficar con material nuclear, incluido uranio y plutonio apto para armas.

Ebisawa traficaba el material nuclear desde Birmania a otros países, a la vez que contrabandeaba estupefacientes y armas. La red criminal del ciudadano japonés se extendía por Japón, Tailandia, Birmania, Sri Lanka y Estados Unidos, entre otros lugares, y tenía como objetivo principal organizar transacciones de narcóticos y armas a gran escala.

«La declaración de culpabilidad de hoy debería servir como un duro recordatorio a aquellos que ponen en peligro nuestra seguridad nacional traficando con plutonio apto para armas y otros materiales peligrosos en nombre de organizaciones delictivas de que el Departamento de Justicia les hará rendir cuentas con todo el peso de la ley», declaró el fiscal general adjunto Matthew G. Olsen, de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, en un comunicado.

Por su parte, el fiscal federal en funciones del distrito sur de Nueva York, Edward Y. Kim, reveló que Ebisawa trabajó para enviar cantidades masivas de heroína y metanfetamina a Estados Unidos a cambio de armamento pesado, como misiles tierra-aire, para su uso en los campos de batalla de Birmania, y blanqueó lo que creía que era dinero procedente de la droga desde Nueva York a Tokio.

La actividad del líder de la Yakuza que más llamó la atención de las autoridades estadounidenses fue el intento de contrabandear material nuclear. Según detalla el Departamento de Justicia, a principios de 2020, Ebisawa informó a un agente encubierto de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), que logró infiltrarse en la organización criminal, y a una fuente confidencial de la misma agencia, que tenía acceso a una gran cantidad de materiales nucleares que quería vender.

A finales de ese año, Ebisawa envió al agente encubierto una serie de fotografías que mostraban sustancias rocosas con contadores Geiger que medían la radiación, así como páginas de lo que Ebisawa representaba como análisis de laboratorio que indicaban la presencia de torio y uranio en las sustancias representadas.

En respuesta a las repetidas preguntas de Ebisawa, el agente encubierto aceptó, como parte de la investigación de la DEA, ayudar a Ebisawa a negociar la venta de sus materiales nucleares a un socio que se hacía pasar por un general iraní, para su uso en un programa de armas nucleares. Ebisawa se ofreció entonces a suministrar al General supuesto plutonio, que sería incluso “mejor” y más “potente” que el uranio para este fin.

 

 

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