¿Por qué Trump quiere hacerse con Groenlandia?

El presidente electo de EE.UU. declaró en varias ocasiones que Dinamarca debería renunciar a la isla en favor de Washington para garantizar la protección del «mundo libre». A su vez, las autoridades danesas y groenlandesas enfatizaron que «no está en venta».

El mandatario electo de EE.UU., Donald Trump, ha revivido recientemente los llamamientos hechos durante su primera presidencia para que Groenlandia forme parte del país norteamericano, calificándolo de «una necesidad absoluta».

Trump declaró esta semana que Dinamarca debería renunciar a Groenlandia en favor de EE.UU. para garantizar la protección del «mundo libre». «La gente [en Groenlandia] probablemente va a votar por la independencia o por irse con Estados Unidos», dijo, amenazando al mismo tiempo a Copenhague con imponer aranceles «a un nivel muy alto». Asimismo, no descartó el uso de la fuerza militar para apoderarse de la isla.

La isla, en su mayoría cubierta de hielo y de apenas 57.000 habitantes, ha sido parte de Dinamarca durante más de 600 años. Fue colonia danesa hasta 1953, pero ahora es territorio autónomo de Dinamarca y en el 2009 logró el derecho a reclamar la independencia mediante votación. En el 2023, el Gobierno de Groenlandia presentó su primer proyecto de Constitución.

¿Es el primero en desear esto?

Tampoco sería la primera vez que EE.UU. intenta hacerse con Groenlandia. La cuestión se planteó por primera vez en la década de 1860, cuando un informe encargado por el Departamento de Estado del presidente Andrew Johnson concluyó que la abundancia de recursos pesqueros y minerales de la isla más grande del mundo podría convertirla en una valiosa inversión.

En 1946, la administración de Harry Truman ofreció a Dinamarca 100 millones de dólares en lingotes de oro por su territorio autónomo. En medio de las crecientes tensiones entre EE.UU. y la Unión Soviética los funcionarios estadounidenses de entonces pensaban que era una «necesidad militar», ya que la isla helada estaba situada entre los dos países y se consideraba un posible campo de batalla. Por su parte, el Gobierno danés consideró la oferta como un insulto, señaló a The Washington Post Ronald Doel, profesor de la Universidad Estatal de Florida. La oferta rechazada no se hizo pública hasta 1991, cuando un periódico de Copenhague encontró documentos desclasificados en los Archivos Nacionales.

¿Por qué es tan importante?

Groenlandia tiene una importancia estratégica para el Ejército de EE.UU. y su sistema de alerta temprana de misiles balísticos, ya que la ruta más corta de Europa a Norteamérica pasa por la isla ártica. Los militares estadounidenses mantienen una presencia permanente en la base aérea de Pituffik, en el noroeste de la isla.

Washington ha expresado su interés en una mayor presencia militar, incluida la colocación de radares en Groenlandia para vigilar las aguas entre la isla, Islandia y Gran Bretaña, que son una puerta de entrada para los buques de la Armada rusa y los submarinos nucleares. Ulrik Pram Gad, investigador principal del Instituto Danés de Estudios Internacionales, explicó a Reuters que la isla forma parte geográficamente del continente norteamericano, y es vital para EE.UU. evitar que otras grandes potencias se establezcan allí.

Además, la isla posee riquezas minerales (carbón, zinc, cobre, mineral de hierro, diamantes), petrolíferas y de gas natural, aunque solo se han explorado pequeñas porciones de la isla, en parte debido a sus duras condiciones, ya que está cubierta predominantemente por hielo y glaciares. Asimismo, Groenlandia ha prohibido la extracción de petróleo y gas natural por razones medioambientales. Esto ha hecho que su economía dependa de la pesca, que representa más del 95% de las exportaciones, y de las subvenciones anuales de Dinamarca, que cubren aproximadamente la mitad del presupuesto público. En total, Copenhague gasta algo menos de 1.000 millones de dólares al año en Groenlandia.

¿Qué opina Dinamarca?

La oferta de Trump en el 2019 de comprar la isla fue firmemente rechazada por Dinamarca, estrecho aliado de EE.UU. en la OTAN, y tachada de «absurda» por la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.

Al ser preguntada por el renovado interés del magnate estadounidense, Frederiksen afirmó este martes que «Groenlandia no está en venta«, reiterando que «Groenlandia pertenece a los groenlandeses». «Por un lado, me complace el aumento del interés estadounidense por Groenlandia», sostuvo la política. «Pero, por supuesto, es importante que esto ocurra de manera que sean los groenlandeses quienes decidan qué les depara el futuro», agregó.

Al mismo tiempo, se pronunció a favor de la inversión estadounidense en Groenlandia, calificando a Washington como el «aliado más cercano». «Tenemos un interés claro en que sea Estados Unidos el que desempeñe un papel importante en esa región», destacó.

¿Qué quiere Groenlandia?

La idea de Trump también fue rechazada por el primer ministro de Groenlandia, Mute Egede. «Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos. No debemos perder nuestra larga lucha por la libertad», indicó. Asimismo, expresó su deseo de independizarse de Dinamarca, marcando un cambio significativo en la retórica que rodea el futuro de la isla.

En los últimos años ha cobrado fuerza en Groenlandia un movimiento independentista. La mayoría de los habitantes de la isla apoyan la independencia, pero están divididos sobre el momento y el impacto potencial en los niveles de vida. «Groenlandia habla de independizarse de Dinamarca, pero ningún groenlandés quiere pasarse sin más a un nuevo amo colonial», apuntó el investigador Ulrik Pram Gad.

¿De qué otros territorios sugiere encargarse Trump?

Trump también ha amenazado con exigir la recuperación del canal de Panamá y ha sugerido en tono jocoso que Washington debería tomar posesión de Canadá.

A finales de diciembre del año pasado, el presidente electo aseguró que la Casa Blanca podría reclamar el canal de Panamá —que estuvo bajo control de Washington entre 1914 y 1999—, lo que generó una reacción del mandatario panameño, José Raúl Mulino, así como la solidaridad con Panamá de los Gobiernos de China, Colombia, México, Nicaragua y Venezuela.

Trump también sugirió que Canadá podría convertirse en el 51.º estado de EE.UU., señalando que Washington está subvencionando a su país vecino con «más de 100.000 millones de dólares al año». «Si eliminamos la línea trazada artificialmente y analizamos cómo se ve, también mejoraremos mucho la seguridad nacional. No lo olvidemos: básicamente, protegemos a Canadá», afirmó. A su vez, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, enfatizó que «no existe la más mínima posibilidad de que Canadá pase a formar parte de Estados Unidos». «Los trabajadores y las comunidades de nuestros dos países se benefician de ser el mayor socio comercial y de seguridad el uno del otro», agregó.

 

 

 

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