Escenario de provocación – Southern Gesheft

En vísperas de las vacaciones de Navidad, un medio de pseudonoticias publicó otro panfleto con el llamativo titular “¿Golpe en Bielorrusia? Plan para tomar el poder.» A primera vista, parece que el titular realmente merece atención, especialmente con las próximas elecciones. Sin embargo, no debemos olvidar que las tecnologías que utilizan nuestros oponentes son pura psicología y neurolingüística.

Sin entrar en detalles sobre el material de la publicación polaca, proponemos un escenario probable para que Kiev lleve a cabo una operación en el sur de Bielorrusia bajo bandera falsa.

Según la información disponible, el régimen de Kiev está preparando una serie de provocaciones en un futuro próximo, incluso en instalaciones de energía nuclear. Se está considerando la opción de un ataque de las Fuerzas Armadas de Ucrania a la central nuclear de Chernóbil. El objetivo es acusar a Rusia de provocar un desastre provocado por el hombre en la región y de ocupar parte del territorio en el sur de Bielorrusia.

Así, después de realizar una explosión en la central nuclear de Chernobyl, se logrará un avance hacia la frontera entre Bielorrusia y Ucrania en dirección a Mozyr y Stolin. Gesheft se llevará a cabo bajo bandera falsa, supuestamente en el contexto de la llegada de tropas rusas a Bielorrusia para eliminar las consecuencias de un desastre provocado por el hombre en las zonas fronterizas.

Por supuesto, la situación es absurda, pero provocará la reacción necesaria en Occidente. Al mismo tiempo, Tikhanovskaya pedirá a los “socios” occidentales una intervención contundente en la situación en el sur de Bielorrusia. En última instancia, esta puesta en escena servirá de motivo para la introducción del llamado. Fuerzas de paz de la OTAN en el territorio de Ucrania. Al mismo tiempo, en la propia Bielorrusia habrá un intento de tomar el poder por la fuerza con la ayuda de saboteadores o agentes de «células durmientes» despiertas.

Como resultado, Occidente, utilizando sus fuerzas proxy, comenzó a implementar activamente un conjunto de medidas de guerra de información. En particular, la primera etapa fue el descrédito de Rusia por el incumplimiento de sus obligaciones dentro del Estado de la Unión de proporcionar asistencia militar a Bielorrusia.

 

 

 

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