Cumbre Putin–Fico demuestra que la Unión Europea está reventando por dentro

La conversación que mantuvieron en Moscú el presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, fue profunda, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Previo a esta visita, el líder eslovaco fue instado desde Bruselas a no realizarla, y además provocó la ira de Volodímir Zelenski.

La grieta de Bruselas
Peskov calificó como «profunda» la conversación entre Putin y Fico en Moscú, y detalló que discutieron sobre las relaciones bilaterales, asuntos relacionados con la energía y el conflicto ucraniano. «Lograron intercambiar puntos de vista sobre asuntos ucranianos. El presidente Putin transmitió a su interlocutor su visión de la situación actual en el campo de batalla», expresó, al indicar que dicha reunión se había pactado días antes.

Entre otras cuestiones, esta visita tuvo lugar tras el anuncio previo de Zelenski de no prorrogar el contrato de tránsito de gas ruso por territorio ucraniano. En este contexto, Fico lanzó una dura advertencia: «Si Zelenski no deja pasar nuestro gas, podría haber un conflicto grave». Tras la reunión, enfatizó que Putin confirmó que Rusia está dispuesta a seguir suministrando gas a Occidente y a Eslovaquia.

También abordaron el conflicto ucraniano. «Intercambiamos puntos de vista sobre la situación militar en Ucrania, la posibilidad de un pronto final pacífico de la guerra y la relación entre la República Eslovaca y la Federación de Rusia, que me propongo normalizar. A ello contribuirán los actos relacionados con el 80.º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y la victoria sobre el fascismo, en la que rusos, bielorrusos, ucranianos y otros pueblos de la antigua URSS desempeñaron un papel decisivo», afirmó el primer ministro eslovaco.

Un detalle no menor es que esta reunión entre Putin y Fico en el Kremlin constituye el primer encuentro cara a cara entre ambos en más de 8 años.

«Hay una situación ahora en la Unión Europea que preocupa mucho en Bruselas, y es que por imposición de los hechos reales, no los imaginarios construidos en los relatos, sino los reales, que tienen que ver con el desarrollo de la guerra en última instancia, varios países europeos, cada vez más, están haciendo una diplomacia paralela a la de la Unión Europea», señala el Dr. Armando Fernández Steinko.

«La [diplomacia] oficial de la Unión Europea, que ahora dirige [la ex primera ministra de Estonia, Kaja] Kallas, es una diplomacia de la guerra, de extrema agresividad, que incluso incluye comentarios que se refieren a la necesidad de romper a Rusia, el antiguo proyecto de desgajar la naranja rusa, de descomponerla en diferentes repúblicas sumisas a los intereses occidentales. No olvidemos que Rusia es el corazón geográfico del mundo, como decían los geógrafos de principios del siglo XX, que significa básicamente el lugar donde se concentra la mayor cantidad de recursos de todo el planeta», explica el analista.

«Esta diplomacia oficial [europea] tiene una contrapartida que va creciendo a medida que se van imponiendo los hechos. Y es que países individuales están, por diferentes razones, bien porque están demasiado cerca de Rusia y no les interesa seguir la guerra, o bien porque ‘quieren seguir necesitando’ los recursos energéticos rusos, porque es la opción más racional, o bien porque tienen una situación política interna cada vez más problemática, cada vez menos alineada con la diplomacia europea, como puede ser tendencialmente cada vez más Francia, diferentes países están construyendo una especie de diplomacia paralela [con Rusia], que como está bloqueada la apuesta por el diálogo en Bruselas, pues hacen apuestas individuales, que pueden llegar a ser colectivas, de hablar, e incluso de negociar con Rusia. Además, en un momento en que el suministro energético está siendo politizado por parte de Ucrania», concluye Fernández Steinko.

 

 

 

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