El uso del dólar estadounidense como arma contra países como Rusia e Irán ha contribuido cada vez más a la pérdida de atractivo de la moneda estadounidense. Los países, en particular los de los mercados emergentes, están recurriendo a monedas que están fuera de la esfera de influencia política y económica de Estados Unidos, y las instituciones internacionales como el bloque BRICS promueven esta tendencia.
La participación del dólar estadounidense en las reservas mundiales de divisas alcanzó un mínimo de tres décadas al final del tercer trimestre, según el análisis de Sputnik de los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La disminución de la participación de la moneda estadounidense en las reservas extranjeras asignadas a los bancos centrales y gobiernos ha continuado por segundo trimestre consecutivo, perdiendo 0,85 puntos porcentuales entre julio y septiembre, y 1,8 puntos porcentuales durante el año, a medida que los flujos financieros continúan la tendencia de desdolarización .
Las tenencias de dólares estadounidenses en reservas asignadas disminuyeron al 57,39% en el tercer trimestre de 2024, el nivel más bajo desde 1995.
Los bancos centrales se inclinan cada vez más por la diversificación: la participación del euro aumentó al 20,02%, mientras que el yen aumentó al 5,5% durante el mismo período.
¿Por qué el dólar estadounidense está perdiendo brillo?
El abandono de las reservas de dólares ha sido impulsado por la preocupación por el uso de sanciones estadounidenses como arma.
Otro factor que ha contribuido ha sido la carga de la deuda del gobierno federal de Estados Unidos , que superó la marca de los 36 billones de dólares en medio de una impresión de dinero insensata por parte de la Reserva Federal.
Las tensiones geopolíticas y los gastos militares fiscalmente irresponsables, como los dólares destinados a la guerra por delegación de la OTAN en Ucrania, siguen dando forma a la dinámica global.
La 16ª Cumbre del recién ampliado bloque BRICS de este año destacó un consenso entre sus miembros sobre la necesidad de aumentar el uso de las monedas nacionales en el comercio, lo que indica una posible disminución del dominio del dólar que podría desaparecer irreversiblemente en la historia.