Los bloques económicos cerraron el acuerdo en la cumbre de presidentes sudamericanos, realizada en Montevideo, Uruguay.
Tras 25 años de negociaciones, el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea han sellado este viernes el tratado de libre comercio (TLC).
La firma del convenio, que fue anunciado en 2019 por ambos bloques económicos, se concretó en el marco de la XLV cumbre de jefes de Estado del Mercosur, donde el presidente anfitrión, Luis Lacalle Pou, recibió a sus pares de Argentina, Javier Milei; Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y Paraguay, Santiago Peña. En la cumbre también participó el presidente de Bolivia, Luis Arce, por primera vez en calidad de miembro pleno de dicho bloque.
En el evento regional también participó la titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, una de las impulsoras de cerrar el convenio que aprovechó la ocasión para reunirse con los jefes de Estado del bloque y ultimar los detalles del TLC.
El líder brasileño Lula también fue clave en las negociaciones. Frente a los reparos que tuvieron los gobiernos de Francia e Italia, el mandatario de izquierda advirtió que era la Comisión Europea la que debía tomar la decisión. «Ursula von der Leyen tiene la potestad para sellar ese acuerdo y yo pretendo firmarlo incluso este año», dijo durante un foro sobre industria en Brasilia.
Resultados de una prolongada negociación
Se trata de un acuerdo sin precedentes para ambos bloques y de uno de los más importantes en la historia a nivel global. Según estimaciones del Mercosur, crea un mercado de bienes y servicios de unos 800 millones de consumidores y casi una cuarta parte del PBI mundial.
El 28 de junio de 2019, la UE y el Mercosur alcanzaron un entendimiento de principio para contar con un Acuerdo de Asociación bajo tres pilares: diálogo político, cooperación y comercio.
En un contexto global de aumento del proteccionismo, ambos bloques «construyen una zona de libre comercio y apuestan por la cooperación para el fomento del crecimiento económico, el empleo y las inversiones, en beneficio de sus pueblos», destaca el texto.
La alianza busca promover el intercambio comercial entre las partes, la cooperación aduanera, la liberalización de aranceles y el fortalecimiento de las relaciones entre los bloques europeo y sudamericano, entre otros puntos.
El acuerdo permitirá eliminar numerosas barreras arancelarias y no arancelarias. En particular, Mercosur y la UE liberalizarán el 91 % y el 92 % de sus importaciones, respectivamente, a lo largo de un período de 10 años de duración.
La oposición de Francia
Las autoridades de Francia rechazaron categóricamente el tratado, lo que se tradujo protestas por todo el país.
El argumento se basa en que el acuerdo aumentaría las importaciones agrícolas desde Sudamérica, y esto, según los agricultores de ese país, perjudicaría sus economías.
El Gobierno francés había expresado el jueves su rechazo a través de los canales de comunicación oficiales. «El proyecto de acuerdo entre la UE y Mercosur es inaceptable tal como está. El presidente Emmanuel Macron se lo ha vuelto a decir hoy a la presidenta de la Comisión Europea», señaló la Presidencia en un breve comunicado publicado en X. Y añadió: «Seguiremos defendiendo incansablemente nuestra soberanía agrícola».
Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, había advertido el martes que la ocasión de esta cumbre del Mercosur podía significar la «última oportunidad» de la Unión Europea para cerrar un acuerdo comercial con el bloque sudamericano.