París, 4 dic. La Asamblea Nacional francesa votará hoy dos mociones de censura destinadas a derrocar al gobierno encabezado por el primer ministro Michel Barnier, iniciativas con claras opciones de éxito, lo cual conduciría al país hacia lo desconocido.
Una moción fue presentada por el bloque de la izquierda Nuevo Frente Popular y la otra por el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), fuerzas de ideologías contrapuestas, pero con la misma motivación de hacer caer al actual gabinete y de responsabilizar al presidente Emmanuel Macron por las consecuencias.
Combinadas, la izquierda y la extrema derecha cuentan con holgura con los votos necesarios en el hemiciclo para lograr sus objetivos, por lo que en Francia dan por hecho desde hace días que Barnier no pasará de diciembre.
La activación por el primer ministro el lunes del artículo 49.3 de la Constitución, que permite adoptar normas sin el voto parlamentario, desató la cruzada de la búsqueda de la censura, en el contexto de las discusiones de textos del Presupuesto del Estado para el 2025.
De cualquier manera Barnier iba a enfrentar alguna moción, por el rechazo a su Presupuesto de austeridad, denunciado por el Nuevo Frente Popular y RN por su impacto en las clases populares y medias.
El jefe de Matignon hizo concesiones a la extrema derecha, pero su líder Marine Le Pen se inclinó por buscar la caída del político conservador y su gabinete, alegando que no respetó las líneas rojas fijadas por RN.
La izquierda acusó a Barnier de complacer a la extrema derecha en temas como la inmigración y el ataque a la Ayuda Médica del Estado a los indocumentados.
En una intervención televisada la víspera, el primer ministro apeló a la conciencia individual de los diputados, en un escenario en el cual voces del oficialismo hablan de caos si el gobierno es derribado.
Según diversas fuentes con amplia repercusión mediática, Macron ya asumió la caída de Barnier y maneja nombres para sustituirlo.
Más de 130 mociones han sido introducidas desde la creación de la V República en Francia (1958), con solo una de ellas exitosa, en 1962 contra el primer ministro Georges Pompidou.
Entonces, si bien la iniciativa prosperó en el ámbito parlamentario, no logro su objetivo gracias a la habilidad política del presidente Charles de Gaulle y al éxito de su referendo para reformar la Constitución, por lo que Pompidou continuó en el cargo.
Si en definitiva triunfa alguna de las mociones, habría que ver qué sucede con el Presupuesto y el futuro del gasto público, con los especialistas que descartan un panorama de cierre de gobierno a la americana.
Circulan en la prensa variantes como el voto de una ley especial basada en el Presupuesto del 2024 o la designación de un gabinete técnico.
Desde la oposición no pocos reclaman la dimisión de Macron si cae el gobierno, pero ya el mandatario descartó su renuncia.