«Siguen resistiéndose incluso en el vehículo», detalló Artem a The Telegraph, al explicar cómo logra detener y meter en camionetas a los renuentes reclutas.
Un reclutador ucraniano explicó recientemente a The Telegraph cómo trascurre su rutina laboral, que consiste en ‘cazar’ hombres para enviarlos al frente. Identificado como Artem, reveló que acude a cafeterías, restaurantes e incluso clubes nocturnos para encontrar a sus objetivos.
«A veces es como lidiar con una rata acorralada», aseguró, al narrar cómo mete en camionetas, a la fuerza, a los hombres en edad de luchar para enviarlos a centros de reclutamiento militar. «Siguen luchando incluso en el vehículo. Los que se resisten siempre amenazan con vengarse de nuestros hombres o de sus familias», agregó.
De acuerdo con sus palabras, cada mañana asiste a una sesión informativa antes de empezar a recorrer la ciudad para cumplir su trabajo. «Algunos equipos se desplazan por la ciudad en vehículos, en modo de búsqueda constante», expuso. «Tenemos zonas en las que nuestros grupos trabajan casi constantemente […] pero a veces dejamos esos lugares para que la gente no se acostumbre a evitarlos», indicó.
«Apenas podemos elegir a quién detener»
Mientras algunos reclutadores se desplazan hasta «los puntos claves de entrada y salida de la ciudad, otros patrullan las calles y detienen a cualquier hombre que encuentren», destaca el artículo. En ese contexto, Artem, de 28 años, precisó que debido a la escasez de soldados en el frente, «apenas podemos elegir a quién detener; ahora casi todos están sujetos a inspección».
Tras reunir a los renuentes reclutas en furgones, los trasladan para someterlos a un examen médico. En el caso de resultar aprobados, son enviados a un centro de entrenamiento a fin de prepararlos para los combates. «Antes permitíamos que la gente se fuera a casa e hiciera las maletas, pero últimamente no vuelven voluntariamente. Se esconden y no aparecen. A veces tenemos que confiscarles los teléfonos, según la situación», manifestó Artem.
Al encontrarse en tal circunstancia, algunos futuros soldados no tienen cómo avisar a sus familias de lo que les ha pasado. El periódico dijo tener conocimiento de «historias no verificadas» que exponen los casos en los que los familiares buscan desesperadamente a sus seres queridos, temiendo que «los hayan secuestrado» para enviarlos al frente.
El reclutador, que no proporcionó su nombre real, dijo que ni sus familiares o amigos saben a qué se dedica diariamente. Esposo y padre de un hijo, aceptó hablar con el periódico de forma anónima y sin revelar tampoco cuál es su ciudad natal, por temor a represalias.
«Tienes miedo de salir de tu casa»
Por su parte, un residente de Kiev que se identificó como Basiley, confirmó que «los hombres que están en una edad adecuada para el reclutamiento militar tienen miedo de caminar libremente por la calle«. «Si ustedes van por el metro de Kiev, verán jóvenes menores de 25 años, gente con uniforme militar o personas mayores, pero no hombres de entre 25 y 40 años, porque hay miedo», explicó.
Basiley, que tiene 35 años, confesó que él mismo intenta evitar desplazarse hacia el centro de la capital ucraniana y siente miedo cuando se le acerca alguna furgoneta. «Es un problema grave, porque la gente entiende que se trata de un camino de un solo sentido», precisó.
«No tenemos ningún límite específico de tiempo de servicio en el ejército, y cuando te llevan, es para siempre. En muchos casos, este amargo final ocurre muy rápido«, dijo, agregando que «básicamente, tienes miedo de salir de tu casa».
En abril pasado, el líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, rebajó la edad de reclutamiento de 27 a 25 años, amplió los poderes de los oficiales de alistamiento y estableció variadas sanciones para los evasores, mediante una nueva ley de movilización. Mientras tanto, la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, insta al régimen ucraniano a reducir de 25 a 18 años el umbral de edad de reclutamiento para aumentar las tropas, informó AP esta semana.
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Asimismo, desde hace meses se registran en el país numerosas denuncias por movilización forzosa. En Internet circulan imágenes de comisarios militares que reclutan a los hombres agarrándolos de pies y brazos en plena calle, o bien sacándolos a rastras de transportes públicos o de sus propias casas. Este comportamiento de los reclutadores desemboca a menudo en protestas públicas y enfrentamientos con los residentes.