A pesar de ser el mayor productor de petróleo del mundo, EE.UU. importa alrededor del 40% del crudo refinado, principalmente de Canadá y México.
Los planes del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles punitivos a las importaciones canadienses, podrían tener serias consecuencias para la economía estadounidense, especialmente en el sector petrolero, según advierten expertos.
Canadá, que suministra más de la mitad de las importaciones estadounidenses de crudo, se enfrentaría a graves consecuencias, mientras que los productores de petróleo advierten que los consumidores estadounidenses se llevarían la peor parte, con el aumento de los costes de la gasolina y la energía, según recoge el diario Financial Times.
El arancel propuesto, del 25%, podría tener graves repercusiones para las industrias de energía y refinación de EE.UU., que dependen en gran medida del crudo canadiense importado. Asimismo, las refinerías estadounidenses, sobre todo las del norte, están hechas a medida para procesar el crudo canadiense, más pesado que el producido en los yacimientos de Texas.
«Un arancel del 25% sobre el petróleo y el gas natural provocaría probablemente un descenso de la producción en Canadá y un aumento de los costes de la gasolina y la energía para los consumidores estadounidenses, al tiempo que amenazaría la seguridad energética de Norteamérica«, indicó Lisa Baiton, directora de la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo.
A pesar de ser el mayor productor de petróleo del mundo, EE.UU. importa grandes cantidades de crudo que se transforma en sus refinerías en gasolina y otros productos. Alrededor del 40% del crudo refinado en EE.UU. es importado, del cual el 60% procede de Canadá y el 11% de México, recoge el medio.
La American Fuel and Petrochemical Manufacturers, la principal asociación comercial que representa a los fabricantes de combustibles estadounidenses, instó a los responsables políticos a evitar cualquier decisión que pudiera perturbar la ventaja energética del país.
«Las políticas comerciales generales que podrían inflar el coste de las importaciones, reducir los suministros accesibles de materias primas y productos petrolíferos o provocar aranceles de represalia tienen potencial para afectar a los consumidores y socavar nuestra ventaja como primer productor mundial de combustibles líquidos», indicaron.