Desde que recibió los Storm Shadow y ATACMS, Kiev ha atacado con dichas armas en reiteradas ocasiones la península rusa de Crimea, así como las cuatro nuevas regiones de Rusia.
Medios occidentales informaron este domingo que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, así como las autoridades del Reino Unido y Francia, habían dado luz verde al régimen de Kiev para lanzar ataques con misiles de largo alcance contra territorio de Rusia internacionalmente reconocido.
Se trata de los misiles de largo alcance de fabricación estadounidense ATACMS y de los Storm Shadow/SCALP, desarrollados conjuntamente por Francia y el Reino Unido.
Los misiles ATACMS
El MGM-140 ATACMS es un misil balístico guiado superficie-superficie que tiene un alcance de 300 kilómetros (que varía según la variante específica) y se dispara desde plataformas de lanzamiento como el M270 MLRS y el HIMARS. Entre sus principales características destaca su velocidad máxima, de unos 3.700 km/h.
Durante el vuelo, el ATACMS suele alcanzar una altitud aproximada de 50 a 65 kilómetros, lo que le permite evitar la mayoría de los sistemas de defensa tierra-aire, al tiempo que mantiene la exactitud necesaria en los ataques de precisión. En cuanto a sus sistemas de guiado, resultan de la combinación de GPS con un sistema de navegación inercial (INS, por sus siglas en inglés).
El MGM-140A Block I es un ejemplo de variante del ATACMS que utiliza municiones de racimo con cientos de subproyectiles en cada misil. Hoy en día, el Pentágono cuenta con dos versiones de ATACMS en su inventario: una equipada con municiones de racimo y otra que lleva una sola carga explosiva, recoge The New York Times.
Entretanto, tras conocerse la autorización por parte de EE.UU., expertos destacan que los sistemas de misiles antiaéreos rusos S-400, S-300V4 y Buk-M3 son capaces de interceptar misiles ATACMS.
Además, desde el Ministerio de Defensa de Rusia han informado en reiteradas ocasiones del derribo de ATACMS, así como de la destrucción de sistemas de lanzamisiles múltiples HIMARS y MLRS 270, vinculados estrechamente con las posibilidades del régimen de Kiev de recurrir al uso de ATACMS.
Los Storm Shadow/SCALP
El Storm Shadow, desarrollado conjuntamente por Londres y París, es un misil de crucero sigiloso de clase aire-tierra con un alcance de más de 250 kilómetros, aunque, como en el caso de los ATACMS, dicha prestación también depende de cada versión. Su nombre se corresponde a la denominación británica, mientras que en francés es conocido como ‘SCALP-EG’ (por sus siglas en francés para Misil de Crucero de Largo Alcance de Uso General). El misil, que se lanza desde el aire, dispone de una ojiva BROACH de 450 kilogramos y es capaz de alcanzar una velocidad de casi 1.000 km/h.
Una vez lanzado, su vuelo es guiado por una combinación de GPS, INS y cartografía del terreno para alcanzar la zona designada (puntos fortificados, centros de mando y otros blancos).
El régimen de Kiev lanza sus ataques con Storm Shadow y SCALP valiéndose de los bombarderos de era soviética Su-24, cuyo arsenal es limitado. El Ministerio de Defensa de Rusia reportó en varias ocasiones la destrucción de dichas aeronaves por parte del Ejército ruso desde el inicio del conflicto en febrero de 2022.
- En septiembre, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, afirmó que, si se tomara la decisión de permitir que Ucrania ataque con armas occidentales de largo alcance la parte profunda del territorio ruso internacionalmente reconocido, eso significaría que los países de la OTAN «están en guerra con Rusia». «Si se toma esta decisión, significará, nada menos, que la implicación directa de los países de la OTAN […] en la guerra de Ucrania. Esa es una implicación directa», declaró en aquel entonces.
- Desde que recibió los Storm Shadow y ATACMS, Kiev ha atacado con dichas armas en reiteradas ocasiones la península rusa de Crimea, así como las cuatro nuevas regiones de Rusia (repúblicas de Donetsk y Lugansk, provincias de Jersón y Zaporozhie), territorios que Ucrania considera como propios.