La base aérea rusa Hmeimim, en Siria, no es utilizada por Irán para suministrar armas al movimiento Hizbulá en el Líbano, declaró en una entrevista a Sputnik, el representante presidencial ruso para Siria, Alexandr Lavréntiev. Sus declaraciones llegan luego de que Israel bombardease la zona, defendiendo la medida con supuestos suministros iraníes.
«Está claro que no estamos proporcionando nuestra base para alimentar a la organización chiita, la libanesa Hizbulá. Y estoy seguro de que esto no está sucediendo», destacó Alexandr Lavréntiev, calificando dicha información de rumor.
El representante especial del presidente ruso para Siria destaca que es cierto que ha aumentado el número de vuelos iraníes con ayuda humanitaria a Hmeimim.
«Una vez más quiero enfatizar que Hmeimim es, por un lado, un aeropuerto civil, pero, por otro lado, es una base de la Fuerza Aérea de Rusia en Siria. Por lo tanto, es imposible llevar ahí cualquier carga, así como así, sin inspección», subrayó Lavrentiev.
Israel ataca instalaciones en Siria en el marco de su operación en el Líbano. En octubre, el Ejército israelí atacó un aeródromo en la provincia siria de Latakia, donde se encuentra la base aérea rusa Hmeimim.
El canal de Telegram de la Resistencia Islámica escribe que los medios de defensa aérea sirios «contrarrestaron activamente objetivos enemigos en Latakia, Jeble y Tartus» durante más de 40 minutos. Según la fuente, varios proyectiles fueron destruidos cerca de Hmeimim, donde se encuentra la base aérea rusa. En particular, más de 50 proyectiles fueron derribados «con apoyo de los militares rusos», según el informe.
El Kremlin condena los ataques del Ejército israelí en territorio sirio. En el propio octubre, Rusia se dirigió a Israel sobre la inadmisibilidad de sus ataques cerca de Hmeimim.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas. La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, y la de Astaná, bajo la mediación de Rusia, Turquía e Irán.
Rusia se implicó en el conflicto de Siria a finales de septiembre de 2015, cuando empezó a bombardear las posiciones de grupos terroristas a petición del presidente Bashar Asad. Posteriormente, realizó varios recortes de su contingente militar en el país árabe, particularmente en marzo de 2016, así como a principios y finales de 2017.
Al mismo tiempo, el presidente ruso, Vladímir Putin, dejó claro que Moscú mantendrá presencia en la base aérea de Hmeimim y en el puerto de Tartus y enviará refuerzos en caso de que los terroristas levanten la cabeza.