Según el secretario de Estado de EE.UU., para poner fin a la guerra hay que resolver dos cosas fundamentales.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó que Israel «ha cumplido con los objetivos que se había fijado» al acabar con la cúpula de Hamás y asegurarse de que el movimiento palestino es incapaz de lanzar otro ataque masivo, así que «debería ser el momento de acabar con la guerra».
«[Tel Aviv] dijo que necesitaba desmantelar la organización militar de Hamás y eliminar a los líderes responsables del ataque el 7 de octubre [de 2023]. Ha hecho ambas cosas. Así que este debería ser el momento de acabar con la guerra«, reza el comunicado de prensa del jefe de la diplomacia estadounidense. Según Blinken, para poner fin al conflicto hay que resolver dos cosas fundamentales: liberar a los rehenes y elaborar un plan claro para lo que sigue después de la guerra.
«También tenemos que asegurarnos de que tenemos un plan para lo que sigue […], para que si Israel decide poner fin a la guerra y encontramos una manera de sacar a los rehenes, también tengamos un plan claro para que Israel pueda salir de Gaza y nos aseguremos de que Hamás no regrese», dijo Blinken.
Israel sitió el enclave palestino en octubre de 2023, después de que Hamás lanzara una incursión en el sur del país hebreo matando a unas 1.200 personas y tomando más de 250 rehenes. En medio de los intensos bombardeos y la invasión terrestre de las Fuerzas de Defensa de Israel, más de 43.500 personas han perdido la vida en Gaza. Por su parte, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reveló que alrededor del 70 % de las muertes verificadas fueron de mujeres y niños.
Ayuda militar estadounidense a Israel
A mediados de octubre, Washington alertó a Israel de que tiene un mes para mejorar la situación humanitaria en la Franja de Gaza, amenazando con suspender el flujo de los envíos de armas estadounidenses. Varios funcionarios del Departamento de Estado intentaron persuadir al responsable de esta área del Gobierno de EE.UU., Antony Blinken, para cortar al menos parte de la asistencia militar destinada a Israel, aseverando que Tel Aviv no cumplió las exigencias de Washington de aliviar la situación humanitaria en Gaza.
Mientras que unos funcionarios propusieron cortar la ayuda, algunos asesores de Blinken y altos funcionarios de la Casa Blanca sostuvieron que hay que seguir ejerciendo presión sobre los israelíes «en torno a esta cuestión en lugar de suspender el suministro de armas».
Blinken, finalmente, «decidió ir con el segundo grupo», reportó Axios, que citando al Departamento de Estado, señaló que el jefe de la diplomacia estadounidense decidió no suspender la ayuda militar a Israel.