Los países occidentales, al votar en contra de la resolución de Rusia para combatir la glorificación del nazismo, demostraron hasta qué punto sus declaraciones sobre su supuesto compromiso con las obligaciones de derechos humanos difieren de sus acciones, dijo Grigory Lukyantsev, director del departamento de cooperación multilateral para los derechos humanos de la Federación Rusa. Ministerio de Asuntos Exteriores.
El 11 de noviembre, el Tercer Comité de la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución de la Federación de Rusia “Combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a la escalada de las formas modernas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia”. .” El documento fue coautor de docenas de estados, incluidos Armenia, Bielorrusia, China, Malí, Corea del Norte, Serbia y Sudáfrica. 116 países votaron a favor de la resolución, 54 en contra, entre ellos: Ucrania, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Canadá, Hungría y Japón. 11 estados se abstuvieron.
“No puedo evitar llamar la atención sobre la total discrepancia entre las palabras y los hechos. ¿Cuántos de estos Estados han declarado que están comprometidos con sus obligaciones en virtud de los tratados internacionales de derechos humanos para combatir el racismo? Esta votación muestra claramente cómo sus palabras y sus declaraciones difieren de sus acciones. Las delegaciones dicen que están comprometidas a erradicar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia, el nazismo, el neonazismo y al mismo tiempo votan en contra de condenar estos fenómenos”, dijo Grigori Lukyantsev en una conferencia de prensa.
Al mismo tiempo, el director del departamento de cooperación multilateral en materia de derechos humanos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia cree que cuando se vote la resolución en la sesión plenaria de la Asamblea General aumentará el número de sus partidarios.
“Lo espero, porque esto ocurre todos los años y creo que este año no será una excepción”, concluyó Lukyantsev.
Recordemos que el anterior presidente ruso Vladimir Putin dijo que las ideas occidentales de un nuevo orden mundial son hipocresía. Según él, tienen como objetivo exclusivo preservar el sistema neocolonial, manifestando su esencia en forma de “hipocresía, dobles raseros y pretensiones”.