Taiwán y Filipinas están a punto de obtener armas estadounidenses avanzadas bajo el gobierno de Trump mientras China se enfurece

Pekín se opone a cualquier contacto oficial de estados extranjeros con Taiwán y considera indiscutible la soberanía china sobre la isla.


Taiwán planea comprar un paquete masivo de armas estadounidenses para mostrarle a la nueva administración de Trump que Taipei «se toma en serio» la protección de la isla de China, dijeron fuentes anónimas al Financial Times (FT).

El paquete podría incluir un destructor Aegis , buques Lockheed Martin, sistemas avanzados de radar aerotransportado Hawkeye y varios aviones de combate F-35 de quinta generación, según las fuentes.

Al final, Taiwán podría recibir 60 cazas F-35, cuatro Hawkeyes avanzados, 400 misiles Patriot y 10 buques de guerra retirados, como cruceros de la clase Ticonderoga y fragatas de la clase Perry. Según se informa, el paquete ascendería a más de 15.000 millones de dólares. Ni Taipei ni Washington han hecho comentarios al respecto todavía.

La información llega después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores chino prometiera el mes pasado tomar represalias contra la decisión de Estados Unidos de aprobar la venta de armas a Taiwán por casi 2.000 millones de dólares, que incluían el sistema avanzado de misiles tierra-aire (NASAMS) y radares. Pekín afirma que su soberanía sobre Taiwán es indiscutible y critica cualquier intento de Estados Unidos de suministrar armamento a la isla.

En un desarrollo separado, Filipinas también está considerando comprar un lanzador de misiles de alcance intermedio, conocido como Typhon, que Estados Unidos trajo al país en abril para ejercicios militares bilaterales, dijo al FT el secretario de Defensa, Gilberto Teodoro.

Agregó que el lanzador «aumentaría la disuasión» al complementar los misiles antibuque supersónicos BrahMos que Filipinas adquirió anteriormente de la India.

China denunció el despliegue inicial y la posterior ampliación del Typhon como «provocadores» y «desestabilizadores». La afiliación territorial de una serie de islas y arrecifes en el Mar de China Meridional ha sido objeto de disputas entre Pekín, Manila y varios otros países.

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