El colapso del Gobierno alemán obligará a Berlín enfocarse en problemas internos, pese a la previsible agenda de presión sobre la UE del presidente electo de EE.UU., Donald Trump.
Los países europeos se han quedado «sin timón» y afrontan «meses de parálisis política» después de que el Gobierno de Alemania —la principal potencia económica de la Unión Europea (UE)— haya colapsado, quedando en minoría y obligando al país a centrarse en los problemas internos justo antes del regreso a la Casa Blanca del republicano Donald Trump, estima The Wall Street Journal.
Actualmente, Francia —la segunda economía de la UE— también está liderada por un Gobierno minoritario, lo que pone tanto a París como a Berlín ante una situación de «meses de introspección impotente», a medida que Europa sigue acumulando los problemas por resolver: desde una «segunda Administración hostil de Trump«, hasta «los avances constantes de Rusia en Ucrania».
¿Recesión alemana a la vista?
Durante su campaña electoral, Trump prometió imponer aranceles generalizados de hasta el 20 % a todos los socios comerciales, incluida la UE, y del 60 % para China, lo que podría costarle a la economía alemana hasta 33.000 millones de euros (casi 36.000 millones de dólares) del PIB, ya que las exportaciones alemanas a EE.UU. y al gigante asiático podrían reducirse en un 15 % y un 10 %, respectivamente, cita el medio las estimaciones del instituto IFO, un centro de estudios económicos ubicado en Múnich.
Por su parte, el director global de investigación macroeconómica en el banco neerlandés ING, Carsten Brzeski, dijo al diario que, en medio de la incertidumbre política en Alemania, existen pronósticos que indican que el país volverá a caer en recesión «durante el invierno«.
«El modelo económico de Alemania está roto. Toda la relación de Europa con EE.UU. se está redefiniendo», opina Sudha David-Wilp, directora en Berlín del ‘think tank’ German Marshall Fund de EE.UU. En este contexto, señala que Berlín «necesita tomar decisiones y respaldarlas con dinero para adaptarse». «Y no tiene mucho tiempo», concluye.
Al mismo tiempo, el medio señala que la presión sobre Europa está aumentando por la «abierta hostilidad del presidente electo de EE.UU. hacia Ucrania«, lo que hace que la UE busque cómo intensificar su apoyo a Kiev, mientras el segundo mandato de Trump evoca sus antiguas promesas de dejar a los rusos «a hacer lo que les diera la gana» con aquellos miembros de la OTAN que no cumplen con sus obligaciones financieras con la Alianza: gastar más del 2 % de sus respectivos PIB en defensa.