Excepto Alemania «ningún Estado del mundo procedió a reorganizar su propio Gobierno, basándose en los resultados de las elecciones en EE.UU.», sostuvo la vocera de la Cancillería rusa.
El colapso de la coalición gobernante en Alemania, denominada ‘semáforo’, «ha puesto al descubierto el principal problema del sistema político contemporáneo en ese país», opinó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, en su canal de Telegram. Allí, sostiene que se trata de «una clásica ‘república bananera'», ya que excepto Alemania «ningún Estado del mundo procedió a reorganizar su propio Gobierno, basándose en los resultados de las elecciones en EE.UU.».
Zajárova recordó que el escritor estadounidense O. Henry recurrió por primera vez a este concepto en 1904 para referirse a las economías altamente dependientes del país norteamericano, como sería el caso de Berlín, que renunció a los suministros de gas ruso, imprescindibles para sus ciudadanos y la industria, que perdió también el ritmo de crecimiento económico y «está observando dócilmente el traslado de sus fábricas y empresas a EE.UU. solo para complacer a Washington».
«En Berlín dejaron de pretender que el Gobierno alemán tiene autónomía y de fingir que no son los representantes de los neoliberales estadounidenses en la Unión Europea», aseveró la diplomática rusa.
- La denominación ‘semáforo’ se debe a los colores que representan a los tres partidos integrantes de la coalición: rojo por el Socialdemócrata, verde, como su nombre lo indica, por Los Verdes y amarillo por Democrático Libre (FDP, por sus siglas en alemán).
- El desacuerdo político entre el líder de este último, Christian Lindner, que ejercía de ministro de Finanzas, y el canciller Olaf Scholz se manifestó el 6 de noviembre, por la «disyuntiva» que observaba el primero entre los planes de financiar a Ucrania y la «cohesión social», la política de pensiones, subsidios y sanidad.
- Scholz destituyó a Lindner y el FDP retiró a sus otros miembros del gabinete.