La contienda en esos estados pendulares se convierte en un factor crítico en elecciones con un margen de votos muy estrecho.
Mientras siguen llegando los resultados de la votación en todo Estados Unidos, la batalla más aguda entre Kamala Harris y Donald Trump se desarrolla en los llamados estados indecisos, es decir, los que suelen cambiar su preferencia de una elección a otra.
Con el 94 % de votos escrutados, el expresidente Trump lidera el recuento en Pensilvania con un 51,0 %, frente al 48,0 % que obtiene la vicepresidenta Harris.
En Georgia, el republicano está por delante con el 50,9 %, frente al 48,4 % de la candidata demócrata, conforme al conteo del 94 % de los sufragios.
En Carolina del Norte, la alineación es del 51,0 % a favor de Trump y el 47,8 % a favor de Harris, al escrutarse el 98 % de los votos.
En Míchigan, donde se ha escrutado el 70 % de los votos, Trump se adelanta a Harris por 52,4 % a 45,9 %.
En Wisconsin, la demócrata recibe el 47,1 % y Trump el 51,5 %, con el 88 % escrutado.
Con el 51 % de los votos recontados en Arizona, Trump obtiene el 50,1 %, mientras que Harris obtiene el 49,1 %.
En Nevada, con 77 % de votos escrutados, el candidato republicano supera con un 51,2 % a su rival demócrata, que atesora el 47,2 %.
- Siendo un fenómeno específico de EE.UU., donde el presidente no es elegido directamente por el voto popular, la noción de estados indecisos se relaciona con el sistema de elección del presidente del país, es decir, el sistema del Colegio Electoral. Cada estado tiene una cantidad específica de votos en el Colegio Electoral que se basa en su población. Para ganar una elección presidencial, un candidato debe obtener al menos 270 de los 538 votos.
- En todos los estados, excepto Maine y Nebraska, que utilizan el sistema proporcional para asignar los votos electorales, el principio de «el ganador se lleva todo» determina qué candidato obtiene todos los votos electorales del estado.
- De este modo, aunque los estados más poblados tengan más electores del Colegio Electoral, el tamaño y la población no influyen en su consideración como estado indeciso. Si la contienda está reñida y el estado se equilibra con un margen de votos muy estrecho que podría inclinarse hacia un lado o hacia el otro, ese se convierte en un factor más crítico.