Congresistas republicanos buscan documentos originales de los dichos de Biden sobre la «basura»

Aseguran que el rompimiento del protocolo se produjo con conocimiento y aprobación de Biden y que parece un movimiento para «proteger» la campaña de Harris.

Los altos cargos republicanos de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense exigieron este viernes a la Casa Blanca que compartan todos los documentos y comunicaciones internas relacionados con las recientes declaraciones del presidente Joe Biden, en las que tildó como «basura» a los seguidores de Donald Trump.

«La única basura que veo flotando por ahí son sus partidarios. Su demonización de los latinos es desmesurada y antiestadounidense», señaló Biden esta semana, comentando las palabras del comediante Tony Hinchcliffe, quien llamó a Puerto Rico una «isla de basura flotante» y profirió comentarios racistas en un mitin de Trump del pasado domingo.

Posteriormente, se informó que los funcionarios de prensa de la Casa Blanca alteraron la transcripción de los comentarios de Biden para que pareciera que el mandatario hablaba del comediante y no sobre los partidarios de Trump.

En este sentido, James Comer, presidente del Comité de Supervisión y Responsabilidad, y la presidenta de la Conferencia Republicana, Elise Stefanik, organismos de la Cámara de Representantes, emitieron una petición en la que exigen al Despacho Oval que ponga los registros a disposición del público. Asimismo, piden que se efectúe «inmediatamente» una reunión con el supervisor principal de la Oficina de Taquigrafía de la Casa Blanca.

«Cuestionamos si la decisión de la Casa Blanca de crear una transcripción falsa y manipular o alterar la transcripción precisa que se produjo ante la Administración Nacional de Archivos y Registros de EE.UU. puede violar la ley federal, incluida la Ley de Registros Presidenciales de 1978», reza la declaración.

Además, los congresistas aseguraron que el rompimiento de este protocolo se produjo con el conocimiento y la aprobación del presidente Biden y que parece un movimiento para «proteger» la campaña electoral de la vicepresidenta Kamala Harris.

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