Beijing, 28 oct. El Ministerio de Comercio de China cuestionó hoy los planes de la Unión Europea (UE) de negociar compromisos de precios con empresas individuales, mientras en paralelo continúan las consultas técnicas bilaterales.
La declaración se produjo tras una videoconferencia realizada el 25 de octubre entre el titular de esa cartera, Wang Wentao, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
En el encuentro, las partes discutieron sobre la investigación antisubsidios contra los vehículos eléctricos chinos y acordaron continuar con el compromiso de precios como una vía de resolución.
La vocera del Ministerio de Comercio He Yongqian enfatizó en que la Cámara de Comercio de Maquinaria y Productos Electrónicos representa los intereses de múltiples empresas chinas involucradas en el caso y que se trabaja arduamente en una propuesta integral de compromiso de precios.
Sin embargo, la portavoz alertó que si la UE negocia compromisos de precios de manera individual con algunas empresas, esto generará desconfianza y encarecerá la implementación y supervisión del eventual acuerdo.
Wang subrayó la importancia de avanzar en la próxima fase de las consultas con el objetivo de resolver las diferencias aún existentes en torno a temas clave para ambos sectores industriales.
Aseguró que el objetivo es alcanzar un consenso que beneficie a las dos partes y proteja los intereses de la cooperación comercial China-UE.
«La próxima etapa de las negociaciones debe ser pragmática y equilibrada, considerando tanto la validez del acuerdo como los intereses fundamentales de las empresas», afirmó el ministro.
La Comisión Europea alega que las subvenciones industriales chinas llevaron a un exceso de capacidad de producción de carros eléctricos baratos, lo cual inundó el mercado, creó una competencia desleal y devino amenaza para la industria automotriz.
Con esta justificación convenció al bloque de aprobar aranceles adicionales provisorios de hasta un 35 por ciento a vehículos eléctricos del gigante asiático, que se añadirían a la tasa ya existente del 10 por ciento.
La votación sobre este particular mostró a una Unión Europea dividida ya que 10 países dijeron sí a la medida (entre ellos, Italia, Francia y Polonia), 12 se abstuvieron y cinco la rechazaron (incluidos Alemania y Suecia).
El Ministerio de Comercio del gigante asiático censuró esta imposición y calificó la medida como proteccionista, injusta y poco razonable.