Roma, 24 oct. La reunión de ministros de Desarrollo del G7 que concluye hoy en la ciudad italiana de Pescara, tras tres días de sesiones, tuvo entre sus puntos centrales de análisis la crisis por el conflicto en Medio Oriente.
En declaraciones al diario Il Mattino en el marco de ese evento, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Italia, Antonio Tajani, destacó la realización de una Conferencia Humanitaria, donde se evaluó la compleja situación que enfrentan, en particular, las poblaciones de la Franja de Gaza y del Líbano.
Tajani apuntó en esas declaraciones, divulgadas en el sitio oficial de la cancillería, que “el objetivo de la reunión de Pescara fue aumentar el compromiso internacional con la región para satisfacer necesidades inmediatas de las poblaciones civiles”.
“Las guerras en Gaza y el Líbano están perturbando dramáticamente a las poblaciones que viven en situaciones de emergencia” dijo en relación con las consecuencias de los ataques de Israel, que ya causaron la muerte a más de 42 mil palestinos en la Franja y a unos dos mil 500 libaneses.
En esa reunión de Pescara, presidida por Italia con la participación de los titulares del G7, compuesto además por Reino Unido, Japón, Alemania, Estados Unidos, Canadá y Francia, se buscó “construir un camino de reconstrucción que traiga paz, estabilidad y seguridad para todos”, manifestó.
Destacó que en la Conferencia Humanitaria participaron, en tres sesiones separadas, el ministro palestino de Economía Nacional, Mohammed Al-Amour, así como el titular libanés de Asuntos Exteriores, Abdallah Bou Habib, y Orli Gil, embajadora de Israel ante las organizaciones de las Naciones Unidas en Roma.
Asistió además Qu Dongyu, director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricuktura (FAO), quien subrayó que “la situación en Medio Oriente es catastrófica”, y demandó que para prevenir la hambruna es urgente “un alto el fuego humanitario y un acceso ilimitado y seguro a las personas en peligro”.
El alto funcionario de la FAO resaltó que 1,84 millones de personas en toda la Franja de Gaza están experimentando niveles extremadamente críticos de inseguridad alimentaria aguda y la desnutrición aguda también se encuentra en niveles graves: diez veces más altos que antes de la escalada de las hostilidades.
“Casi el 70 por ciento de las tierras de cultivo han sido destruidas; más del 70 por ciento de los olivos y huertos han sido quemados hasta los cimientos; la infraestructura agrícola ha sido diezmada”, como consecuencia de los ataques de Israel, denunció.
“A medida que el conflicto traspasa las fronteras, también lo hacen sus repercusiones”, alertó, y aseveró que “la FAO ya está observando estos efectos a medida que el conflicto golpea algunas de las zonas agrícolas más productivas del Líbano”.
“La paz es un requisito previo para la seguridad alimentaria, y el derecho a la alimentación es un derecho humano básico”, concluyó el director general de la FAO en su intervención.