«Bruselas tiene una lista preparada y confía en poder ganar esta guerra comercial», afirmó un diplomático europeo al tanto de la iniciativa.
La Unión Europea se prepara para una guerra comercial con Estados Unidos en caso de que el candidato republicano Donald Trump gane las presidenciales de noviembre, informa el periódico Politico, citando fuentes anónimas entre altos diplomáticos y funcionarios europeos.
«Devolveremos el golpe con rapidez y dureza», comentó un alto diplomático sobre las posibles acciones de la UE. Un segundo funcionario de alto rango afirmó que los países miembros del bloque comunitario están coordinando su estrategia, con la Comisión Europea a la cabeza del proceso. «Bruselas tiene una lista preparada y confía en poder ganar esta guerra comercial«, agregó.
Bruselas se sorprendió en 2018 cuando Donald Trump impuso por primera vez aranceles sobre el acero y el aluminio de la UE, por lo que tomó represalias solo en parte de esos aranceles, con la esperanza de desescalar la situación. El entonces presidente estadounidense también amenazó con imponer tarifas a las exportaciones de coches del bloque comunitario. Aunque finalmente estos aranceles no entraron en vigor, la UE se sorprendió al ver que Trump estaba dispuesto a poner en peligro las cadenas de suministro y romper los lazos con los aliados más importantes de Washington.
«La última vez no creíamos hasta dónde llegaría realmente Trump», dijo el primer diplomático citado por Politico. «Esta vez hemos tenido tiempo para prepararnos. Europa ha cambiado mucho y estaremos listos para actuar», añadió.
Según las fuentes, cuanto más duras sean las represalias, más rápido conseguirán que Donald Trump se siente a la mesa de negociaciones con la UE en mejor posición. «La Comisión ha preparado represalias sustanciales para que presionemos a Trump y que llegue a un acuerdo en la primera ronda», dijo el primer diplomático. Sin embargo, los funcionarios temen que esta estrategia provoque una espiral de represalias que se prolongaría durante años.
Un tercer funcionario admitió que les «preocupa la fijación de Trump con los coches, porque la industria automovilística alemana está profundamente entrelazada con todos los países de la UE».