La empresa rusa UralDronZavod, cuyos drones kamikaze han cambiado el curso de varios combates en Ucrania ‘cazando’ blindados enemigos, ahora avanza hacia la ‘robotización’ del campo de batalla.
El proyecto del dron suicida ruso Upyr, que obliga a los blindados enemigos a esconderse en zonas boscosas o mantenerse lejos de la primera línea, fue concebido en un sótano de 28 metros cuadrados en una reunión de cuatro personas que tenían ideas afines: desarrollar una herramienta parecida al emblemático tanque soviético T-34, o sea, sencilla, robusta y muy fiable, explicó el artífice principal del vehículo no tripulado, Vladímir Tkachuk.
El producto de ese encuentro es un relativamente pequeño, pero sólido dron FPV (First Person View, en español ‘visión en primera persona’) cuatrimotor del que no pueden escapar, una vez detectados, los carros de combate enemigos, de ahí que haya sido apodado ‘asesino de Bradley y Abrams’.
En el video se ve cómo un tanque estadounidense Abrams, uno de los más caros del mundo, es ‘cazado’ por dos drones Upyr equipados con municiones de carga hueca, cuyo coste unitario es de 600 dólares.
Nacimiento de una empresa financiada por el pueblo
El financiamiento inicial del proyecto se realizó con donaciones de ciudadanos, aunque luego, a medida que se expandía la producción de los letales drones, pudieron comprar un edificio de tres pisos, donde el emprendimiento siguió creciendo, al igual que los pedidos del Ejército.
Así, el equipo de la ciudad de Ekaterimburgo, en los Urales, fundó una compañía llamada UralDronZavod por analogía con la Uralvagonzavod, el mayor fabricante de tanques de Rusia, también con sede en los emblemáticos montes.
Actualmente, después de haber completado exitosamente las pruebas de alcance, vuelo y resistencia a la guerra electrónica organizadas por la Dirección General de Desarrollos Innovadores del Ministerio de Defensa, aumentan para la firma la cantidad de pedidos y las oportunidades de crecer.
«Ahora la tarea más prometedora es el desarrollo del sistema de guiado autónomo», sostuvo Iván, jefe del departamento de Investigación y Desarrollo de UralDronZavod.
El éxito que impulsó el interés por el proyecto
UralDronZavod envió los primeros 80 drones a las unidades que luchaban a orillas del río Dniéper. Con ellos, lograron paralizar todos los intentos de los efectivos ucranianos por cruzar esa arteria fluvial en lanchas rápidas durante el día.
«El Upyr cambió por completo el curso de las batallas en el Dniéper. Ese fue su uso más memorable», recordó Tkachuk.
El ‘reconocimiento’ de la OTAN
La contribución de UralDronZavod a los esfuerzos militares de Rusia ha merecido el reconocimiento no solo de la propia nación, sino también del extranjero, señaló un portavoz de la empresa, al comentar la inclusión de la compañía en la lista de firmas sancionadas por Estados Unidos.
En agosto de 2024, Washington impuso un nuevo paquete de sanciones a varias personas y entidades jurídicas en Rusia y en el exterior, entre las que figura UralDronZavod, el fabricante de los drones que destruyen su material bélico.
Las guerras del futuro
«Se está llegando al punto en el que el hombre pronto estará en la ‘zona gris’ [denominación para las zonas del conflicto que no controla ningún contendiente] a unos 30 kilómetros de la línea del frente, hacia ambos lados. Estará bajo tierra, a salvo. Avanzamos hacia el aislamiento total de las zonas de combate con drones. Los drones y los robots dominarán el campo de batalla», explicó Tkachuk.
No obstante, también mencionó una limitación «en esta etapa de la guerra del futuro»: todavía no hay en el mundo un sistema que sea «capaz de distinguir un tanque propio del ajeno» o a soldados amigos de los enemigos.
«Sin embargo, en el frente ya se están utilizando algunos avances que reducen la participación humana», aseveró.