P. Diddy rechaza el «histérico circo mediático» de las numerosas denuncias sexuales en su contra

La defensa del rapero exigió conocer la identidad del cada vez mayor número de demandantes, a fin de prepararse adecuadamente para el juicio penal previsto para mayo del año próximo.

El rapero estadounidense Sean Combs, conocido artísticamente como P. Diddy, repudió el «histérico circo mediático» que, según su defensa, ha sido creado en torno a las numerosas acusaciones en su contra por delitos sexuales, al tiempo que exigió conocer los nombres individuales del cada vez mayor número de demandantes.

«Estas acusaciones en cadena han creado un circo mediático histérico que, si no se controla, privará irreparablemente a Combs de un juicio justo, si no lo ha hecho ya», se lee en el alegato judicial presentado por la defensa del rapero ante un juez de la corte federal de Manhattan, documento al que tuvo acceso este miércoles New York Post. Allí se tacha a las denuncias, que no paran de crecer, de «escandalosas y profundamente perjudiciales».

«Efecto dominó generalizado»

Los abogados de Combs acusaron a los fiscales federales de mantener «injustamente» en secreto la identidad de las denunciantes, y argumentaron que necesitan saberlas con el fin de prepararse adecuadamente para el juicio penal, programado para el 5 de mayo del próximo año.

«Este caso es único, en parte debido a la cantidad de personas que presentaron acusaciones contra Combs debido a su estatus de celebridad, su riqueza y la publicidad otorgada a su demanda, ya previamente resuelta», señala el alegato judicial.

En ese sentido, afirmaron los abogados que la situación expuesta ha logrado un «efecto dominó generalizado», que ha dado lugar a un «torrente de acusaciones por parte de denunciantes no identificados, que abarcan desde lo falso hasta lo completamente absurdo».

Acusaciones masivas

El artista, de 54 años, ganador de tres premios Grammy y destacado productor de hip-hop desde el sello musical Bad Boy Records, fue arrestado a mediados de septiembre en Nueva York y acusado de tráfico sexual por la fuerza, conspiración para cometer crimen y transporte con fines de prostitución.

Asimismo, se enfrenta a más de 100 acusaciones adicionales de conducta sexual inapropiada, incluso contra menores, en casos que se remontan a principios de la década de 1990. Se encuentra recluido en una prisión de Brooklyn, tras negársele la libertad bajo fianza.

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