Aunque se detuvo a un estudiante chino en relación con el caso, ni el FBI ni el Pentágono pudieron interceptar los dispositivos.
Una flota de drones sobrevoló durante 17 días la base aérea de Langley y la base naval de Norfolk, en el estado de Virginia, suponiendo un reto para el Departamento de Defensa estadounidense, que no supo cómo responder a las incursiones, informó el pasado fin de semana el Wall Street Journal, citando a fuentes.
En la zona se concentran numerosas instalaciones militares. Norfolk es el puerto naval más grande del mundo, junto al que se encuentra la base del escuadrón de operaciones especiales Sexto Equipo SEAL.
Los incidentes tuvieron lugar en diciembre del 2023: los drones aparecían en el cielo entre 45 y 60 minutos después de la puesta de sol. Testigos oculares estimaron que la longitud de los aparatos alcanzaba los 6 metros, mientras que la velocidad de vuelo era de unos 160 km/h. También eran casi imposibles de rastrear, desapareciendo cada noche, a pesar de la gran cantidad de recursos desplegados para atraparlos.
Los militares entrevistados por el WSJ admitieron que no está claro a quién pertenecen los drones. Algunos especularon con la posibilidad de que Rusia o China estuvieran detrás de las acciones y quisieran poner a prueba la reacción del Ejército estadounidense. Las autoridades no creen que sean entusiastas ordinarios, dada la complejidad de la operación y el hecho de que estos drones no utilizaban la gama de frecuencias habitual de los fabricados en serie.
Aunque los informes de las incursiones fueron abordados por funcionarios especializados del Pentágono y del FBI, llegando incluso al presidente Joe Biden, lo que provocó varias reuniones en la Casa Blanca, nunca se pudo establecer el propósito y el ejecutor de la operación.
Presunto espía chino
Las autoridades dieron con un sospechoso en enero del 2024: Fengyun Shi, un ciudadano chino de 26 años que estudiaba en la Universidad de Minnesota. El FBI encontró imágenes de buques militares en dique seco en su dron. Fue detenido cuando intentaba embarcar en un vuelo a China sin pasaje de vuelta.
Aunque el hombre reveló que usaba el dron por diversión, fue acusado de tomar ilegalmente fotos de instalaciones navales secretas. Shi se declaró culpable y fue condenado a 6 meses de prisión. «Si fuera un agente extranjero, sería el peor espía jamás conocido», declaró el abogado de Shi, Shaoming Cheng.