Varios países del golfo Pérsico han pedido a Estados Unidos que impida que su aliado Israel ataque instalaciones petrolíferas iraníes, temiendo que su propia producción pueda sufrir si Irán responde, todo lo cual perturbaría seriamente los mercados mundiales, informa Reuters.
Arabia Saudita, Catar y los Emiratos Árabes Unidos habrían comunicado a Washington su negativa a permitir que los aviones israelíes entren en su espacio aéreo para realizar ataques contra Irán, precisa la agencia al citar a tres fuentes cercanas a sus gobiernos.
«Los iraníes han declarado: ‘Si los Estados del Golfo abren su espacio aéreo a Israel, eso sería un acto de guerra‘», afirmó Ali Shihabi, analista saudita cercano a la corte real.
El príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salmán, habría discutido el miércoles acerca de las posibilidades de un ataque israelí con el ministro de Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, según fuentes de ambas partes.
Dos funcionarios iraníes confirmaron a la agencia que Teherán ha advertido a Riad que no ayude a Israel, manifestando que en tal escenario no podría garantizar la seguridad de las instalaciones petroleras de Arabia Saudita.
Varias fuentes citadas aseguran que Arabia Saudita, Bahréin, Kuwait, Omán, Catar y los Emiratos Árabes Unidos están interesados en desescalar la situación, que se ha intensificado luego de que Irán atacara a Israel con casi 200 misiles el 1 de octubre, en represalia por los asesinatos de varios líderes del movimiento palestino Hamás y del libanés Hezbolá, a lo que Israel prometió a su vez una «fuerte respuesta».
Una de las fuentes del golfo se mostró convencida de que EE.UU. «no permitirá que la guerra del petróleo se extienda», porque eso haría subir a 120 dólares los precios del crudo, desde el nivel actual de unos 78 dólares por barril para el Brent. Tal escenario afectaría negativamente las posibilidades de la vicepresidenta Kamala Harris de ganar las elecciones presidenciales de noviembre en EE.UU.
La Casa Blanca se negó a comentar el asunto con la agencia, pero confirmó que el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, abordaron por teléfono el miércoles el tema de los posibles ataques.
La negativa a permitir el uso del espacio aéreo deja a Netanyahu con la única opción de hacer volar sus aviones sobre Jordania e Irak, o a través del Mar Rojo y alrededor de la península Arábiga, utilizando las capacidades de reabastecimiento en vuelo.