La adicción al juego en Brasil se convierte en un reto para Lula

Un informe del Banco Central informó que beneficiarios de subsidios realizaron en agosto transferencias por 545 millones de dólares a empresas de apuestas.

El Gobierno brasileño de Luiz Inácio Lula da Silva intenta evitar que el dinero destinado a programas sociales termine en casas de apuestas, después de que un informe del Banco Central señalase que beneficiarios de subsidios gastaron miles de millones de reales en el juego.

Según un informe del Banco Central, solo en agosto, personas que reciben la ayuda de Bolsa Familia, el programa estrella de Lula para apoyar a familias en situación de pobreza, realizaron transferencias por un total de 3.000 millones de reales (unos 545 millones de dólares) a empresas de apuestas.

«No quiero impedir que el pueblo apueste, porque al pueblo le gusta hacerlo. Ahora, lo que no puedo permitir es que las apuestas se conviertan en una enfermedad«, comentó el pasado domingo Lula. El presidente anunció que el Ejecutivo espera cerrar alrededor de 2.000 plataformas de apuestas antes de que finalice el mes.

«Apuestas deportivas»

Lula firmó este año una ley que regula las apuestas deportivas de cuota fija, conocidas como ‘bets’, en el país latinoamericano. Sin embargo, tras el informe de la entidad financiera, aseguró que esta semana se presentará una propuesta para regular las plataformas por internet. «Si no da resultado con esta regulación, acabaremos con ello», aseveró.

Un estudio realizado en marzo del año pasado por la Consultoría Legislativa del Senado sobre las apuestas, que recoge este martes Folha de S. Paulo, advirtió de los riesgos del endeudamiento para los más pobres y los efectos negativos de las apuestas en otros sectores de la economía.

El trabajo de la consultoría comparó problemas actuales en Brasil con las experiencias de otros países. Se cita, por ejemplo, un estudio de 2015 realizado en Kampala, capital de Uganda, que mostró que el «40,9 % de los jugadores utilizaban dinero reservado para las cuentas del hogar». 

La investigación africana destacó que «los más pobres gastan proporcionalmente más de sus ingresos personales en apuestas que los más ricos, además de que se produce un efecto de sustitución de las compras de artículos de primera necesidad para el hogar y del ahorro hacia las apuestas».

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