«Mientras esto no ocurra, Israel continuará sus acciones para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y el regreso de los residentes del norte a sus hogares», advirtió el canciller israelí, Israel Katz.
El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, informó a sus homólogos de 25 países que Tel Aviv detendrá sus ataques en el Líbano si se cumplen ciertas circunstancias, de acuerdo con un reporte de la Corporación de Radiodifusión Israelí.
La única situación aceptable para un alto el fuego sería que Hezbolá fuera expulsado de la frontera con Israel y permaneciera desarmado al norte del río Litani (en el Líbano), precisó Katz. El mensaje fue recibido, entre otros, por los cancilleres de Alemania, Reino Unido, Canadá e Italia, así como por los ministros que participan en las conversaciones para una posible tregua.
Asimismo, Katz aclaró que solo la «plena aplicación» de todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el Líbano conducirán a un cese de las hostilidades. «Mientras esto no ocurra, Israel continuará sus acciones para garantizar la seguridad de sus ciudadanos y el regreso de los residentes del norte a sus hogares», advirtió.
Entretanto, el primer ministro libanés, Najib Mikati, dijo este domingo que su país «no tiene más opción que la diplomática» para poner fin a las hostilidades, y está comprometido con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige el fin de las agresiones entre Israel y Hezbolá. Sin embargo, a Tel Aviv «no le importa la ley ni la legitimidad internacional», lamentó.
El número de desplazados en el Líbano por ataques israelíes «podría alcanzar el millón«, informó Mikati, quien estima que la huida de residentes del sur y el este del país árabe en medio de los bombardeos ha sido «el mayor desplazamiento» en toda su historia.