Hassan Nasrallah, quien llevaba 32 años al frente del movimiento libanés, fue abatido este viernes en un ataque aéreo israelí contra un suburbio sureño de Beirut.
Moscú ha condenado el asesinato del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, en un ataque de las fuerzas israelíes. «Condenamos enérgicamente otro asesinato político por parte de Israel», ha declarado este sábado el Ministerio de Exteriores de Rusia en un comunicado.
La Cancillería rusa advirtió de que este ataque puede traer consigo «consecuencias dramáticas aún mayores para el Líbano y todo Oriente Medio«, un peligro del que el Gobierno israelí «no podía no haber sido consciente». El asesinato de ciudadanos libaneses «provocará casi inevitablemente un nuevo estallido de violencia» y, por lo tanto, Israel «es plenamente responsable de la posterior escalada» del conflicto, agregó.
Al subrayar que en la noche del 27 de septiembre la aviación israelí llevó a cabo «una serie de bombardeos intensos contra una zona densamente poblada» en el sur de Beirut, justificándolos con la necesidad de destruir el cuartel general de Hezbolá, el Ministerio de Exteriores ruso recordó que, como resultado, «quedaron completamente destruidos los complejos residenciales que prácticamente fueron reducidos a escombros».
«Decenas de civiles resultaron heridos. Aún está por determinar el número exacto de muertos», expresaron desde Moscú, instando a Israel a «cesar inmediatamente las hostilidades» para «detener el derramamiento de sangre y crear las condiciones para una solución política y diplomática».
«En la explosiva situación actual, los miembros responsables de la comunidad internacional deben hacer todo lo que esté en sus manos para evitar que la región se suma en una confrontación armada a gran escala», concluyó la Cancillería rusa.