Se cree que la producción de submarinos, que Estados Unidos fabrica para su propio ejército y para sus fuerzas aliadas en el Reino Unido y Australia, será esencial para una guerra prevista con China en la región del Pacífico.
En medio de una serie de mala prensa para la Armada de Estados Unidos, una importante crisis de sobrecostos en el programa de construcción de submarinos de la fuerza es la última señal del declive de Estados Unidos como potencia militar.
“En una palabra, estos programas están en crisis”, dijo el representante Ken Calvert (R-CA) el jueves en respuesta a la noticia de que el programa de submarinos de la Marina excede el presupuesto en unos 17 mil millones de dólares y que su construcción enfrenta demoras de hasta tres años.
“Sin excepción, se están quedando atrás”, continuó. “Cada vez superan más el presupuesto. Sin la intervención de hoy, no tengo ninguna confianza en que la construcción naval de la Armada vuelva a encarrilarse”.
Calvert criticó duramente a los líderes de la Armada, alegando que habían “ocultado información sobre costos y demoras” y afirmando que sus “planes para abordar” la crisis de la construcción naval “son principalmente aspiracionales”. El legislador señaló que el servicio está comprometido a producir dos submarinos de la llamada clase Virginia por año, pero ha tenido dificultades para construir un promedio de 1,3 al año.
La Marina ha culpado a los efectos persistentes de la COVID-19 y a la consiguiente interrupción de la producción en Estados Unidos por la crisis, y los funcionarios afirman que los impactos de la pandemia dejaron a las empresas “reticentes a invertir”. El complejo militar-industrial estadounidense ha sido altamente privatizado en las últimas décadas, y los observadores culpan a los contratistas con ánimo de lucro por los enormes sobrecostos y la escasez crónica de equipos. A principios de este año se reveló que Rusia está produciendo tres veces más proyectiles de artillería que Estados Unidos y Europa juntos en medio de la guerra indirecta en Ucrania apoyada por Occidente.
Calvert afirmó que los funcionarios de la Marina habían trabajado para ocultar su crisis a los legisladores y al público estadounidense.
“Está claro que la Armada y los astilleros conocen este déficit desde hace al menos 18 meses”, afirmó el legislador. “No me tranquilizan las garantías de cuánto tiempo llevan desarrollándose estas conversaciones, cuando el Congreso fue notificado hace apenas dos semanas”.
“Hoy tendremos una conversación franca sobre los fallos en la gestión de programas de la Marina, el uso defectuoso de las métricas y la falta de transparencia. Durante demasiado tiempo, este comité se ha visto obligado a preguntarse qué esconde la Marina tras la cortina: es hora de bajar la cortina por completo… La falta de transparencia de la Marina, el fracaso de los constructores navales para resolver los problemas con urgencia y la incapacidad resultante del Congreso para realizar un análisis informado es un ciclo tóxico que debemos romper”.
Se cree que la producción de submarinos, que Estados Unidos fabrica para su propio ejército y para sus fuerzas aliadas en el Reino Unido y Australia, será esencial para una guerra prevista con China en la región del Pacífico.
A medida que la flota naval de China se expande, Estados Unidos enfrenta nuevos reveses en la construcción de submarinos y buques de guerra , informó un medio de comunicación europeo a principios de este año.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos fracasa una y otra vez en las auditorías que realiza el Congreso, y no se han contabilizado billones de dólares en activos . El fracaso de Ucrania en su conflicto en curso con Rusia, pese a que cuenta con la ayuda de los planificadores militares occidentales y está equipada con el armamento tecnológicamente más avanzado de la OTAN, ha demostrado ser una vergüenza importante, que pone en tela de juicio la presunta superioridad militar de Estados Unidos.
