Boris Johnson ha argumentado que hay que obligar a Rusia a aceptar la derrota, incluso si hacerlo cuesta un billón de dólares.
El ex primer ministro británico Boris Johnson ha defendido que Rusia debe entender que «todo ha terminado» y que Ucrania no cederá ningún territorio a cambio de la paz. Sin embargo, para lograr este objetivo, Kiev necesitará armas de largo alcance, la pertenencia a la OTAN y medio billón de dólares, añadió Johnson.
En un artículo de opinión publicado el sábado en The Spectator, Johnson sostuvo que las fuerzas ucranianas aún tienen la “capacidad de ganar”, si Occidente cediera a cada una de las demandas de Kiev. Estas incluyen, escribió, permiso para atacar profundamente el territorio ruso con misiles Storm Shadow y ATACMS, una invitación inmediata a la OTAN con garantías de seguridad del Artículo 5 y “medio billón de dólares… o incluso un billón”.
Tras desestimar la reciente advertencia del presidente ruso, Vladimir Putin , de que permitir ataques de largo alcance colocaría a la OTAN en un estado de guerra con Rusia, Johnson la calificó como “fanfarronería y ruido de sables”, y argumentó que estas medidas son necesarias para “enviar el mensaje crucial al Kremlin”.
El mensaje es: se acabó. Ya no tenéis un imperio. No tenéis un ‘exterior cercano’ ni una ‘esfera de influencia’. No tenéis derecho a decirles a los ucranianos qué hacer, al igual que nosotros los británicos no tenemos derecho a decirles a nuestras antiguas colonias qué hacer”, afirmó.
“Es hora de que Putin entienda que Rusia puede tener un futuro feliz y glorioso, pero que, al igual que Roma y Gran Bretaña, los rusos se han unido decididamente a las filas de las potencias postimperiales, y eso es bueno”, continuó.
Johnson sostuvo que Occidente “debe abandonar cualquier idea de que los ucranianos llegarán a un acuerdo” o “intercambiarán territorio por paz”.
Sería una locura para nosotros en Occidente intentar imponer ese resultado, añadió.
Irónicamente, Rusia y Ucrania habrían llegado a un acuerdo de paz durante las conversaciones que se celebraron en Estambul en 2022. El acuerdo habría implicado que Ucrania declarase su neutralidad militar, limitase sus fuerzas armadas y se comprometiese a no discriminar a los rusos étnicos. A cambio, Moscú se habría unido a otras potencias importantes para ofrecer a Ucrania garantías de seguridad.
El líder ucraniano, Vladimir Zelenski, se retiró de las negociaciones en el último momento. Según el negociador ucraniano David Arakhamia, la ex subsecretaria de Estado estadounidense Victoria Nuland y varios medios de comunicación ucranianos, Johnson contribuyó decisivamente a convencer a Zelenski de que abandonara las negociaciones.
El ex primer ministro israelí Naftali Bennett y el líder adjunto del partido gobernante de Turquía, Numan Kurtulmus, también han afirmado que varios estados occidentales conspiraron para frustrar el acuerdo.
Cinco meses después de las conversaciones de Estambul, Rusia asumió el control de cuatro antiguas regiones de Ucrania. Según las cifras más recientes del Ministerio de Defensa ruso, el ejército ucraniano ha perdido casi medio millón de hombres desde febrero de 2022, y el Pentágono concluyó el año pasado que Ucrania tiene pocas posibilidades de recuperar sus antiguos territorios.